lunes, 10 de diciembre de 2007

Er güésped alienante

Lo del retiro de la concesión de rctv me alegró muchísimo. Pertenezco a ese multitudinario grupo de personas que ha odiado a Popy desde siempre y no se cala quién quiere ser millonario ni al horrible del Eladio. Desde niño, lo confieso, le he tenido mi arrecherita al canal de mierda ese. De su programación no guardo ningún recuerdo grato (bueno, recuerdo un programa que debió ser muy malo ya que me gustaba cuando era niño: “Feria de la Alegría” conducido por Henry Altuve, cuya carrera llegó hasta una propaganda de Ariel, la de “convierta su tobo en una lavadora «chaca-chaca»”. Debo reconocer que me pongo más retro y me mato) y me alegra que no esté en el aire.
El resto del espacio radioeléctrico (incluyendo el que ocupa tves) está en malas manos. No me refiero únicamente a los canales “privados” porque los “públicos” son igual de malos. Sus orígenes e influencias, en cuanto a estilo, son los mismos de todas las televisoras latinoamericanas. Sin embargo, en Venezuela se hace una televisión muy mala, de las peores del continente. Aquí tuvimos a Renny (confieso que no lo recuerdo, pero me han hablado muy bien de él) pero nadie parece conocerlo a la hora de hacer televisión. El que dejó escuela no fue el bueno del Renny sino la rata pelúa del Marcel Granier. Casi todos los programas de opinión siguen su formato impúdicamente: un invitado contesta unas preguntas convencionales que un entrevistador bien vestido le hace. Un formato sin imaginación pero con algunas variantes, como lo son el invitar un montón de invitados a la vez o no hacer el programa en vivo. Los programas de opinión de la tele no son más que una copia exacta de “Primer Plano”.
Hago un poquito de historia. Cuando los días previos al golpe y durante el paro del ludópata líder Carlos Ortega, el canal 8 estaba 24 horas al día en el tele de mi casa. No veía ni el cable, puro vtv. En esos días estaba prohibido hablar mal del ocho en mi presencia. Pero claro, me fui empalagando y llegué a abrir los ojos ante tanta e innegable monotonía. Cada vez lo fui viendo menos hasta el punto en que sólo veía dossier y aló presidente. Ahora me limito a oír aló presidente por radio.
La televisión pública venezolana es muy mala. Ocurre que por no ser peor que la privada pareciera que fuera buena. Es una osadía mayúscula, por lo tanto, hacer una crítica a los canales públicos, hay que criticar a los privados nada más. Como nadie los critica se supone que son buenísimos y ahí se cierra el círculo mediático, digo vicioso. vIvE es una de las cosas más aburridas que existen y es donde más se repite la escuela de Marcel. En antv esa misma escuela ha corrido con muy buena suerte, con la salvedad que en vez de entrevistados hay diputados. En antv hay un diputado-presentador que se llama Rómulo Henríquez que en el poco tiempo que tiene antv al aire, ha sumado más horas en televisión que Amador Bendayán en toda su larga carrera televisiva, cada vez que sintonizo el canal está Rómulo dictando doctrina.
En vtv sacaron a Wálter del aire sin ningún tipo de explicación y en contra de la opinión generalizada de los televidentes del ocho. La sacada de Diógenes fue menos traumática y la de Nolia no fue sacada sino huida, pero como se dicen tantas cosas se supone que lo huyeron. Se ataca y se neutraliza únicamente a esos programas que son considerados controversiales, demasiado heterodoxos o que no se parecen tanto a Primer Plano. A La Hojilla la ha salvado el padrinito que tiene. El caso de Nuestra Mañana es realmente inexplicable.
Sería impensable que les cerraran los programas a Vanessa o a María Teresa; a Jorge Arreaza no lo sacaron, se fue solito pa lo de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. Por ahí lo veo de vez en cuando pero al rato lo cambio. En mi casa lo llamamos cariñosamente “Funerario”… Ellos, sin embargo, a veces logran un clima agradable. En ese instante, casualmente, tienen que irse a propagandas. No entiendo el porqué de esas interrupciones, en las que pasan la misma larguísima tanda de propagandas gubernamentales. Se supone que una televisión pública no tiene “compromisos” de ese tipo y debería anteponer su rol de servidor público.
Pero ¿qué tienen en común los programas del ocho antes nombrados que los hace intocables? Todo, sólo varía el escenario, la hora de transmisión y el entrevistador; el resto es igualito. Hacen programas de radio por televisión. Con oírlos basta. Esto es un desperdicio enorme de recursos y obstaculiza la búsqueda de un lenguaje revolucionario en los medios. Lo peor de todo es que los demás canales públicos se copian del ocho.
En vIvE hacen gala de creatividad en la escuela de Marcel y ponen dos o tres entrevistadores y un grupo de entrevistados, como tratando de “colectivizar” un formato individualista y trillado. Otro aporte innegable de vIvE, es lo que llamo “la cámara saltarina”: ese efecto especial que hace que la cámara pareciera montada en un jeep atravesando un río. Cuando veía vIvE, después de media hora de ver la cámara saltando, terminaba con jaqueca.
Los niños y los adolescentes tienen lo que se llama prioridad absoluta en el disfrute de sus derechos. La programación infantil de los canales públicos da pena. En el ocho pasan unos títeres con risas grabadas, simplemente infames. Las otras opciones que presentan son enlatados en cuyos cumpleaños no hay tortas como aquí, sino pasteles o tartas como quién sabe dónde. La programación para adolescentes se limita a presentar a adolescentes imitando a los adultos de la tele. También imitan los canales de cable con deportes extremos y turismo a los Roques o a la Gran Sabana. Hacen programas en sitios inalcanzables para la mayoría de los mortales (adolescentes o no) en los que se realizan actividades que no tienen nada que ver con los verdaderos problemas de la juventud. Como si el wind surfing lo practicara el pueblo mesmo.
Pasaban unos micros de historia que se limitaban a presentar un profesor hablando minuto y medio sobre Miranda u otro prócer con fondo de música barroca. La cabeza como que sólo les dio para hacer dos capítulos, pero los repitieron como un millón de veces. En este caso la falta de imaginación de los creativos obró a favor de las mayorías.
Uno de los objetivos de la televisión es entretener, pero no hay programas humorísticos. Tampoco hay algún programa de concursos más o menos malo donde la gente normal participe, el único que había en todo el espectro (malo como él solo pero con una sintonía altísima) era quién quiere ser millonario y mucha gente todavía lo extraña. La programación deportiva es puro caliche de relleno donde comentan la fórmula uno y el tenis pero se olvidan de las bolas criollas. Los programas de cocina, que se podrían hacer con mucha creatividad, se hacen malos y aburridos. Las novelas, género de gran popularidad en toda América y que era en este país producto de exportación, son ahora de importación. Solamente las hacen los canales privados y son tan mediocres que parecen realizadas en vIvE.
A nadie se la ha ocurrido poner algún enlatado decente, de los muchos que hay. Otro rubro que no se explota es el cine nacional. En este país se han hecho un vergueral de películas. Malas, regulares y buenas, como en todos lados. Apuesto a que si transmiten una diaria pasan dos años sin repetir película. El cine latinoamericano también se ignora y pareciera que no existe. Otra cosa que anda por ahí realenga y que los canales públicos como que no la ven, es lo que llaman “Clásicos del Séptimo Arte”. Pero como en vtv no pasan películas, los demás canales públicos tampoco.
El que oiga la tele pública sabe que el lenguaje es el mismo de la cuarta república, no ha cambiado en nada. No hay libertad de expresión, siempre van los mismos invitados a hablar lo mismo. Si hubiera libertad de expresión estoy seguro que la tele pública fuera otra, más moderna y, por fin, revolucionaria. Lo dejo hasta aquí, lo malo si extenso es dos veces malo, nombrando apenas la llamada televisión regional. No vale la pena comentarla, por lo menos la der Zulia.
Para terminar una anécdota dedicada a los que sostienen que los maracuchos somos aficionados a la hipérbole. Una vez estaba viendo vIvE con su cámara saltarina. Repentinamente lo cambié a otro canal donde la cámara está tranquilita y el televisor, acostumbrado ya al movimiento, empezó a saltar como un loco.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El SÍ al NO

Por lo que he leído, al único que lo sorprendió la victoria del no fue a mí. Y lo reconozco, pensé que íbamos a dar paliza a la hora de contar los votos. Así que el domingo, como siempre después de la misa, me devolví a mi casa a esperar la prórroga porque macho que se respeta vota en la prórroga. A diez pa las cuatro, en compañía de mi unigénito me arranqué pal Lucila Palacios, lugar donde actualmente voto y en tiempos pretéritos estudié la primaria. Me tocó la mesa ubicada en 3º “B”, donde casualmente cursé 3º grado con la maestra Cecilia. Mi hijo fue el encargado de manipular la máquina y depositar el comprobante en la urna pasadas las cuatro de la tarde. A golpe de siete de la noche me senté frente al tele a esperar el boletín del cne. Duro fue el golpe que recibí en la madrugada del lunes, quedé desconcertado. Medio oí a Chávez y me fui a dormir.
Se ha dicho de todo de lado y lado. Al parecer hay tres millones de votantes que son desde “traidores” hasta “decepcionados”. No votaron en contra, pero tampoco a favor. Interpreto que se abstuvieron en contra de la reforma pero no en contra de Chávez. Tres millones de venezolanos que no deben tener trabajo, o en todo caso uno no muy bien remunerado. No deben tener ningún tipo de beca, ayuda o dádiva, o tendrán una no muy jugosa que exija perder todo un día en una cola del banco industrial. Tres mil votantes fuertes que no han recibido crédito, ni fundado una cooperativa, ni enganchados en pdvsa. En ese grupo deben estar todos los que han sufrido atropellos u omisiones de funcionarios públicos, los que ven cómo esos mismos atropelladores hacen negocios y cobres, los que saben o son testigos de casos de impunidad. Ahí están, pa terminar ya, los que creen que a Chávez lo tienen engañado, que está rodeado de lo peorcito y que sin ser corrupto encabeza un gobierno corruptísimo.
El psuv se estrenó de manera muy inoperante en cuanto a movilización. Ellos están pendientes de otras cosas que nada tienen que ver con el compromiso histórico. La derrota es de ellos más que de nadie. Se supone que la maquinaria electoral es responsabilidad de ellos y al parecer no hizo mucho. Los antiguos dirigentes o aspirantes a militantes ahora son simples diputados o alcaldes y no se visten tan de rojo. El partido, hay que decirlo, empezó con el pie izquierdo y mal.
Debería haber un corte intenso de cabezas en los próximos días. Empezar por los connotados escuálidos que ocupan cargos de confianza arrechos en ministerios e institutos dependientes del gobierno nacional. Los diputados deberían estar obligados a resolver el problema de los mercales comprando ahí, calándose la cola, el racionamiento y el desabastecimiento. Los funcionarios del seniat podrían ir al trabajo en microbús o en carrito para tratar de solucionar el peo del transporte público. Los muchachos del comando Zamora o Zamuro deberían renunciar a cualquier responsabilidad política y empezar de nuevo como soldados rasos y con humildad aprender a hacer bien las cosas.
La gente no quiere más leyes por la simple razón de que no se cumplen. La misma constitución es irrespetada por organismos dependientes del gobierno nacional. Lo de la ley de tránsito terrestre y su reglamento es de antología. Su lectura es obligatoria a la hora de sacarse la licencia de conducir, así que no se explica que gente con licencia la viole por desconocimiento. Eso ocurre con muchas leyes de uso cotidiano, como la del indecu, por dar otro ejemplo, cuyo incumplimiento afecta directamente a los que fueron a votar y a los que no.
La autocrítica es necesaria, no el lloriqueo o la echadera de culpas a la base de tres millones. No creo que la dirigencia sepa hacer eso, así que hará lo de siempre: unas profundas reflexiones y unos cambios radicales para que todo quede exactamente igual. Ojalá que Chávez no los deje y haga lo que la base de tres millones le pide con su silencio del domingo.
No podemos negar que los que más se alegraron con estos resultados fueron Uribe y Bush. El pobre Hermann Escarrá se quedó más solo quel coño y el doctor Caldera al parecer se lanza en las próximas elecciones.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Sí y no

Aprovecho que terminó la campaña electoral para revelarle al mundo cómo voy a votar y por qué. Como amigo de las transgresiones que soy, lo hago precisamente ahora que hay “veto” y aprovechándome de que los bobolongos del cne no podrían ponerme una multa, mandar a cerrar el blog o a ponerme preso, después de haber permitido cualquier desmán en la campaña que acaba de terminar.
Como chavista recalcitrante y ortodoxo votaré como me lo indica mi rojo rojito corazón: al primer bloque, al que contiene todas las propuestas de mi comandante, le daré el sí. Al otro lo mandaré a comer heces y le estamparé un no bien mollejúo.
El segundo bloque es inquilino de una de las vergas que más odio: el portaviones Chávez. La asamblea tiene mayoría arrolladora y absoluta para hacer lo que le dé la gana, pero como carecen de toda imaginación e iniciativa no han hecho nada de lo que les corresponde. Entonces, cuando Chávez hace una propuesta de reforma a ellos se les prende el bombillo y deciden ¡proponer otra reforma! Total, el portaviones está con las pilas puestas y listo para zarpar.
Luego vino otra de las estafas de la asamblea, conocida como “parlamentarismo de calle” y que consiste en llevar toda la parafernalia diputádica por cuotas a algunas calles. La gente tiene entonces la oportunidad de ver con sus propios ojos, sin cámaras de por medio, personajes de tal estatura moral. La gente puede opinar, claro, pero sólo aquellos que están libres ese día y a esa hora que a la asamblea le salió del forro. Cuando al Zulia vienen los diputados autóctonos con ese circo, la mesa directiva debe ser anchísima, porque poner tanto gordo uno al lado del otro amerita un espacio considerable.
Chávez dijo que el que estaba con él votaba sisí, el que vote nonó está con Bush. Los que votemos sinó, entonces, estaremos con Chávez y con Bush al unísono. En mi caso es estar , como siempre, con Chávez y, como siempre también, en contra de ese nido de ladrones que es la asamblea.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Bolívar Vs. Sucre



El Libertador dijo que había arado en el mar. Autocrítica más despiadada no conozco. Me parece que Simón Antonio de la Santísima Trinidad se pasó de severo y tengo pruebas. Con lo de arar en el mar se refiere, interpreto, a que nadie le paró bola a su obra, a que nadie siguió su ejemplo. Al Mariscal lo mataron vilmente por seguir con su práctica el ejemplo de Bolívar. Hubo otros, anónimos desgraciadamente, que también siguieron ese camino. Cito de nuevo el libro del Guáshinton del Sur. Me parece curioso que nombren a la tropa, presentándola como una desinteresada masa pensante y no como audaz carne heroica de cañón. Ahí van entonces estos episodios que demuestran que el compatriota Bolívar no aró totalmente en el mar, cuando mucho en la orilla, y que más de uno siguió su ejemplo. Lástima que hoy, en los tiempos actuales, ninguno de los que se llaman bolivarianos o socialistas del siglo veintiuno siga ese ejemplo como la tropa lo hizo en el siglo diecinueve. Los seguidores e imitadores de Chávez con sueldazos del gobierno, harían lo propio si en vez de ponerse franelas y gorras rojas imitaran a Bolívar, a Sucre y, por supuesto, al Ché.


«LA GENEROSIDAD DE BOLIVAR Y DE SUCRE
No terminaremos estos cuadros, en que aparecen unificados en una acción común los dos más grandes hombres que en el siglo produjo la América intertropical sin consignar algunos de los rasgos más característicos de su proverbial generosidad.
Conocido de todos es el desprendimiento verdaderamente sublime, porque fue real y efectivo, con que el Libertador rehusó el millón de pesos que puso a su disposición el Congreso del Perú como pago contante de su libertad. Pero en los siguientes interesantes rasgos, contados por un testigo presencial, podrá valorizarse cuán espontánea e irresistible en aquellas dos almas era la virtud del desprendimiento personal, sin la cual es imposible que haya un grande hombre cabal.

LA LLAVE DE LA SILLA DE ORO DE BOLÍVAR

“No pasaron muchas horas —dice, en efecto, el secretario del general Sucre, después de contar la suntuosa entrada del Libertador a La Paz, cabalgando un bridón cochabambino cuajado de oro— cuando una comisión de la Municipalidad vino a presentar atentamente al Libertador una primorosa llave de oro, como figurando que con ella había de abrir esa tarde la puerta del palenque. Cortésmente agradecido al presente, y retirándose que hubo la comisión, anduvo la llave de mano en mano, arrancando justos aplausos por lo delicado y perfecto de su artístico trabajo. En ese momento acertó a entrar en el salón el muy eminente sacerdote D. Pedro Antonio Torres, capellán del Libertador y vicario general del ejército, y como uno de tantos, tomó la llave y elogiaba no sólo el valor, sino lo acabado de la obra. Pidióla en seguida el Libertador, y con una frase fina y jovial, aludiendo a las llaves de San Pedro, le dijo que en ninguna mano estaría mejor que en la suya, y se la obsequió.
“Con tal motivo, recordó los otros objetos que, en testimonio de afección, le habían sido dedicados a su entrada en la ciudad. Inmediatamente ordenó que la áurea montura íntegra fuese llevada a casa del general Sucre para su uso particular. Cuando éste la recibió, dispuso que tal como había venido, fuese acomodada en su cajón, y en su nombre se remitiera al general Lara, que se hallaba en Arequipa, lo que puntualmente fue ejecutado. Suerte semejante cupo a la preciosa guirnalda de oro, que, pasada la solemnidad con que le fue presentada al Libertador, la cedió éste el mismo día al Gran Mariscal de Ayacucho, quien como glorioso y digno monumento la obsequió al insigne general Córdoba.
“Semejantes rasgos de desprendimiento probarán una vez más que si a la altura de las almas elevadas no suben nunca las viles pasiones, como el odio, la venganza, el rencor, la perfidia, menos pueden ser contaminadas por el vicio más sórdido, como es la avaricia: el desinterés, la abnegación, la generosidad, son su noble divisa. La vida de Bolívar y Sucre hacen palpable esta verdad”.
Y esto que dice el buen secretario es una verdad absoluta como la luz. Y sin ir más lejos, véase cuál fue la obra y cuál la fama del sucesor de Sucre en Bolivia, el cicatero Santa Cruz, que por más que diga el deán Valdivia, que le ofreció una vez cigarros, es cosa de tradición constante que nunca los compraba, viviendo del pedido que de ellos hacía a sus ayudantes.


LA GUIRNALDA Y LA PLUMA DE ORO DEL GENERAL SUCRE

Una demostración análoga a la de Bolívar en La Paz había hecho antes de la llegada de éste al Alto Perú el general Sucre en Cochabamba, dando así tema para esta nobilísima nota, que ofrecemos como un digno modelo a todos los que deseen educar a la juventud en los grandes ejemplos de la virtud, del desinterés y del verdadero patriotismo:

“Potosí, a lº de octubre de 1825.

“A la M. I. Municipalidad de Cumaná:
“En medio de los favores que la fortuna ha querido dispensarme en la guerra del Sur de Colombia y en la del Perú, jamás he tenido sentimientos más agradables que los recuerdos de la tierra de mi nacimiento. Yo no decidiré cuál objeto me ha estimulado más en mis trabajos militares: si el patriotismo, la gloria o el anhelo de buscar la paz con la esperanza de que ella me restituya donde mis amigos de la infancia. Puedo asegurar que Cumaná nunca se separó de mi corazón.
“Después que una espléndida victoria llenó en el Perú los votos del Ejército libertador, con cuyo mando he sido lisonjeado, fue mi sagrado deber presentar memorias de amor y respeto a la República: nuestros trofeos están remitidos al Gobierno Supremo; y satisfecha esta agradable obligación, vuelvo los ojos a mi país para cumplirla también. Pongo, pues, en manos de US. Muy Ilustre una guirnalda de oro que me regal6 Cochabamba al entrar en aquella ciudad; la cual no tiene otro valor que ser el sencillo presente de un pueblo entusiasta por la causa de América, y destinada a un cumanés que ha venido a obtenerla combatiendo constantemente por su libertad, con las armas de Colombia, a dos mil leguas de su patria.
“El colegio de Cochabamba me obsequió una pluma de oro para que mis hijos escribiesen las glorias de Ayacucho: yo la destino con mucho más placer a que con una pluma de oro de Potosí escriban mis paisanos las páginas brillantes que caben a Cumaná en la historia de la Revolución, y los sacrificios heroicos de un pueblo generoso en la guerra de la Independencia.
“Dígnese US. Muy Ilustre aceptar la distinguida consideración conque soy su muy respetuoso y obediente servidor. —A. J. DE SUCRE”.

Y véase cómo estos raros pero fecundos ejemplos descendían al pueblo, al subalterno, al soldado y a todo el ejército. “Y aun criminal omisión culpable —dice a este respecto el autor de los Recuerdos del tiempo heroico— sería dejar de consignar un rasgo de admirable generosidad con que los soldados colombianos de la primera división quisieron agregar un timbre más a las glorias de sus banderas en el primer aniversario de Ayacucho. El Sr. Lara participó al Gran Mariscal que la muy ilustre Municipalidad y propietarios de Arequipa regalaron el 9 de diciembre a los soldados colombianos de su división, vencedora en Ayacucho, mil quinientos pesos, y que la tropa, dando las gracias por este obsequio, solicitó que se le dejase emplear este dinero discrecionalmente. Habiéndosele concedido, los batallones Rifles y Vargas dieron su parte a la Casa de Huérfanos, y Vencedores y Húsares al colegio de educandas”».

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Mardito rey






El camarada Chávez no deja de sorprenderme. Una vez hizo reír a Jorge Arreaza, su yerno, ante las cámaras. A mí se me cayeron las medias del asombro cuando lo vi cagao de la risa en medio de su programa. Hay que reconocer que no fue fácil para el comandante, tuvo que mandar a buscar una foto en la que aparecían juntos Adán y Chávez cuando niños. Lo que causó risa entre todos los presentes, Jorge Arreaza (en mi casa lo llamamos cariñosamente “Funerario”) incluido. En un aló presidente desde Cuba, mató a su anfitrión. Después tuvo el mismísimo Fidel en persona vía telefónica que desfazer el entuerto de su comandante Chávez. Lo último que hizo fue lo más sorprendente de su carrera: que el rey de España, por primera vez en su larga y variada vida diplomática, actuara de manera espontánea. Sin protocolo, alfombra roja, corona o discursos escritos. Me parece que fue por eso que nadie le paró bolas al monarca y se tuvo que ir en media reunión, sin que nadie, después de ese desaire, le parara bolas.
Una vaina sí quedó clara: el rey no trata a nadie de usted sino de tú. Eso me decepcionó mucho como maracucho, pensaba que los reyes hablaban, como nosotros, de vos. Algo así como: “y vos, su majestad, cómo amanecisteis” y que él respondiera “y vos, ¿por qué no os calláis? Lo cierto es que los reyes de España sólo pueden ser tratados de tú por una selecta élite nada democrática llamada Los Grandes de España. Estos glandes los tratan, además, de “primos”, cosa que como maracucho me reconfortó un poco. A los demás mortales en territorio español los hacen callar, entre primos y reyes, cuando les da la gana. No hace mucho un juez emitió una orden para confiscar los números de la revista “El Jueves” porque le mamaban gallo al príncipe de Asturias, don felipito, y a su esposa, la Leti. El magistrado que emitió la orden de captura de la tal revista lo único que logró fue que se agotara en un dos por tres y no se logró la confiscación de ningún ejemplar. En una página de subastas de Internet llegaron a pagar 500 euros por un número de los “confiscados”. Otra cagadita del juez fue que mandó a confiscar los moldes de imprenta de la revista, que fueron obtenidos en formatos jpeg o doc en un sidí. La publicidad que recibió El Jueves no fue gratuita, tuvieron que pagar una multa franquista, cara e injusta.







Antes de que España perdiera su autonomía monetaria circulaban las pesetas. Hay que reconocer que ese es un nombre feo, me refiero al de pesetas, pero más feas eran en persona: en algunos billetes aparecía la trompa del Juan Carlos, en otro el camarada Hernán Cortés, la vedett Pizarro y hasta el caballerito Cristóbal Colón. No veo ninguna diferencia entre poner a Jítler o a estos genocidas (aquí hago la salvedad de que no me refiero al actual rey) en el papel moneda. En otro billete aparecía el príncipe de Asturias, tan feo que ni lo voy a comentar. En las monedas aparecía la cara del buen mozo de Francisco Franco con la leyenda “Caudillo de España por la Gracia de Dios”, en otras aparece el inefable Juan Carlos. Una verdadera apología al genocidio era la numismática española antes del euro. Dinero Sangriento.










La carátula del rey aparece en otro vergueral de cosas, como en las estampillas de correo, una verga horrenda recibir una carta con esa cara. Su retrato está, además, en embajadas, cuarteles militares, oficinas públicas, la revista ¡Hola!, textos escolares… eso lo llamaban cuando Stalin “Culto a la Personalidad”, si no me equivoco. Di Martino y Manuel Rosales no le llegan ni por las patas al emperadorcito en eso de la autopromoción a pesar del entusiasmo que ambos le ponen a la vaina.




No hace mucho ocurrió un incidente muy desagradable en España que involucró al Ensemble Gurrufío. En esa oportunidad, sin ninguna razón, los devolvieron a Venezuela con el pasaporte sellado con una prohibición de entrada a la madre patria desde un aeropuerto en el que hacían escala. Los músicos iban invitados a tocar; ni de turismo ni traficando. Tenían hasta la invitación oficial con firmas y con sellos consigo. Qué va. Los devolvieron, pero antes, los revisaron y los humillaron.
La monarquía española tiene una particularidad, que hasta para una monarquía es conservadora. Me refiero al derecho Sálico. Este subterfugio impide que las mujeres sean monarcas del reino. Solo pueden ser los varones. Fijaos que Felipito no es el mayor de los hijos de Don Juan y se comenta en la corte, que es el único que no es tarado de la prole real. Como la vida es tan mardita, Felipín sólo ha tenido hijas. Al parecer lo del dicho derecho lo van a cambiar, lo que muestra que el populismo no duerme.
Otro asunto que mi perversa mente relacionó con la espontaneidad del rey, fue el del programa de televisión en el que una supuesta italiana nos cayó a verga en nuestro propio patio. Llamó a los venezolanos vagos, borrachos, ladrones y pare usted de contar. Parecía poseída por el espíritu de Carmen Bohórquez hablando mal de mí. Esa vez no pasó nada. Nadie se pronunció de manera oficial al respecto. Yo esperaba que la embajada italiana hubiera fijado posición, o la casa Italia por lo menos. Me imagino qué hubiese pasado si en vez de meterse con los venezolanos se mete con los judíos. O que alguien se hubiera puesto a hablar güevonadas de los italianos en Italia. Estoy seguro que se hubiera prendido un verguero monumental de trascendencia internacional, pero aquí, con esta dictadura sangrienta, no pasa nada.
Lo del Puma Zapatero es especialmente sorprendente. Defendió a Aznar a capa y espada de las calumnias del dictador Chávez. Su único argumento era que a Aznar lo habían elegido los españoles, dejando entrever de manera redundante que a Chávez no lo eligieron los españoles: lo eligieron los venezolanos. Al rey, en cambio, no lo eligió nadie, lo puso en el trono el mismo caudillo de España por la gracia de Dios que aparecía en las monedas. El Puma Zapatero, en medio del verguero le llegó a hacer señas al rey manoteando como diciéndole “¿Por qué no se calla Su Sacra y Real Jeta Su Majestad?”

lunes, 12 de noviembre de 2007

la cultura sí tiene precio

Dos personas me dijeron que por qué no vendo mis libros (una de las maneras de medio ganarme la vida es la venta de libros) por el blog. No me pareció mala idea, así que pondré algunas portadas de los libros que andan por ahí realengos y loquitos porque los lean con los precios de sus respectivos rescates. Los precios solamente en bolívares fuertes. Se acepta cualquier forma de pago siempre que no sea a crédito: cesta tiquets, depósito bancario, trueque... cualquier información a quevivachaveznojoda@gmail.com. La lista se irá cambiando puesto que la existencia es muy limitada y libro vendido, libro puesto.




Este bicho vale tres fuertes fuertes.





Este librillo vale seis fuertes fuertes.







Esta joyas valen veinte bolos cada una.

domingo, 11 de noviembre de 2007

El Cañadiense




Hay una costumbre muy difundida en toda la humanidad que consiste en escribir sobre determinado asunto acaecido en determinada fecha el día mismo, es decir la fecha en que se celebra. Día del árbol y aquel verguero de artículos sobre nuestras amigas las plantas; que si la batalla de no sé dónde coño y aparece un artículo que comienza quejándose de la poca difusión que tiene esa fecha, tan memorable y tan decisiva en la lucha de no sé qué otra verga. Este inmediatismo mediático impide que los artículos contengan algún tipo de reflexión seria o interesante. Siempre la misma mierda con las mismas pretensiones patrióticas de todos los años. Pero en este país cualquiera que tenga un contacto en un periódico escribe lo que le da la gana que se lo publican en “la página de opinión”. En estos días el camarada Choncho escribió un artículo en pornorama en el que trataba el tema de la lealtad.
Yo, que todos los días trato de conquistar el mundo y soy más vago quer coño, apenas voy a escribir del compatriota Urdaneta. En la república bolivariana solamente en el Zulia es celebrado su natalicio. Con día libre y todo. Cualquier embarque en cuestiones de trabajo está plenamente justificado en la tierra del sol amada. Por ahí (no sé por qué se escribe así si se pronuncia porái) había un billete de 20 en verde y negro con la esfinge de Urdaneta y la batalla naval der lago del otro lado. Creo que Urdaneta está entre los billeteables (personalmente sacaría a Simón Rodríguez del imaginario billetérico. Tengo entendido que le tenía animadversión al dinero), así como creo que Páez no. De los billetes hablaré en otra oportunidad y sigo con El Brillante. Hay un autor llamado Juan Tinoco que se expresa de Urdaneta en los siguientes términos: “Bravura, sin gesticulaciones; fidelidad, sin entrelíneas; desinterés, sin balances ni contrapartidas; patriotismo, sin condiciones, son los cuatro vientos que soplan en su cuadrante; las cuatro coordenadas en la geografía espiritual de éste que fué casi un extranjero en nuestro mundo de ayer; que es un antípoda, en nuestro mundo de hoy; que será un fabuloso atlante, en nuestro mundillo de mañana, que ya está a las puertas...”
Urdaneta es un desconocido en su tierra. Sé de pocas personas, de las muchas que habitan Maracaibo, que hayan ido al museo Urdaneta o que sepan dónde está. En el museo se exhibe el cálculo renal que, según el mito, acabó con su existencia. A mí me echaron el siguiente cuento: el primer director que tuvo el museo era, en el momento de su fundación, dadaísta. Lo del cálculo renal no es más que una broma dadá en plena casa de un prócer. Esa versión cuenta con apoyo médico ya que ningún urólogo certificaría la veracidad del cálculo ni por error de cálculo.
La muerte de Urdaneta es narrada por Juancho Tinoco en estos términos: “Y pues no se muere sino tal como se ha vivido, sin que cuenten ni valgan fe de erratas ni atriciones in extremis quien vivió como bueno tuvo una buena muerte. Antes de entrar en la agonía, ha ordenado a su familia devolverle al Gobierno los sueldos que se le habían adelantado para su viaje, a los que no creía tener derecho. Y ésta es la única disposición testamentaria del que «sólo deja una viuda y once hijos en la mayor pobreza»”. Este último acto del prócer, que a muchos les puede parecer heroico, a mí me parece una irresponsabilidad máxima para con su familia. En nuestros días le saldría LOPNA. Como lo heroico no quita lo valiente haré una proposición utilizando el único método de la escritura que domino casi a la perfección: otro párrafo.
Propongo ante los 10 ociosos que leen esta paginita la “Misión Urdaneta” que ha de ser la encargada de combatir la corrupción. Me imagino el logo de la misión con Urdaneta con cara de arrecho, el sable desenvainado en una mano y la pistola en la otra. La sede principal estaría ubicada en La Cañada de Urdaneta, en la mismísima casa natal del héroe epónimo.
Rafito era más bolivariano que Bolívar. Por algo lo llamamos “Er Brillante” y lo llamaron “El oficial más sereno”. Como dije, Ralph es un desconocido en su propia tierra y lo único que dicen sus defensores es que no nació en Maracaibo sino en la casa natal que reparó coprozulia. El camarada Tinoco cita, y con esto dejo de fastidiar por ahorita, una semblanza desconocida, por lo menos para mí, de Fucho. Se basa en un tal Charles Stuart Cochrane, comodoro de los días previctorianos: “«El general Urdaneta merece que se le llame gente de buen tono, y haría un papel distinguido en la mejor sociedad de Londres. Es un hombre particularmente hermoso, bien educado, de las más cumplidas maneras y que se pirra por la indumentaria más que ninguno de nuestros dandys de Hyde Park.»”.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Súper Sucre




Mis champúes de cultura incluyen lecturas de historia y vidas, proezas y milagros de nuestros próceres. Ésos que nos dieron patria. En la librería que está en el Teresa Carreño me encontré un libraco de la colección Ayacucho intitulado “El Washington del sur”. Las comparaciones son odiosas, pero este autor se pasó, puesto que se trata de un libro sobre el compatriota Mariscal de Ayacucho. La historia sin embargo absolvió al insolente exegeta: en Ecuador la moneda se llamaba sucre y ahora circula el dólar gringo con el retrato del Sucre del norte por un lado y el in gad güi trost del otro. A pesar del odioso título, el libro es más bueno que el carajo y más curioso aún. Contiene un montón de documentos que prueban algunas de las hazañas del prócer. Me llamó la atención una carta en especial que no voy a comentar porque la reproduzco íntegra más un comentario del autor del libro. Sólo diré que se la di a leer a una pana que es feminista y se debe haber leído toda la obra de Adriana Falachi y Simón de Bobuá pa ver qué me decía. La empezó a leer. Al rato, cuando le pregunté que qué le había parecido la misiva, me contestó que se había quedado dormida.



EL GENERAL SUCRE Y LA MONJA DE SANTA MÓNICA
Como nos aproximamos ya rápidamente al desenlace de la admi­nistración paternal de Bolivia por el general Sucre, debemos consignar también aquí un rasgo de su gobierno, que su secretario relata con par­ticular fruición, publicando el siguiente curioso documento, que él ha podido conservar inédito en su archivo durante cerca de sesenta años.
Es la petición que una monja arrepentida del convento de Santa Mó­nica de Chuquisaca le dirigió desde el claustro de su angustiosa y forzada cautividad, la cual, en un lenguaje digno de Eloísa, dice de esta manera:
“Excelentísimo señor general Libertador Antonio José de Sucre.
“Venerado Padre de la Patria:
“Desde la tumba de inocentes e indiscretos seres; desde el solita­rio recinto de un funesto claustro, albergue sólo de la inocencia, y para mí cubierto de las horrendas sombras de la noche del pesar, del horror y del tormento; de entre estos muros espantosos, cuya vista recuerda sin cesar al alma mía que, nacida libre, sociable y señora de sí misma, para huir del mal y buscar mi dicha, sufro un cautiverio espantoso en el reinado de la libertad, y arrastro una cadena, cuando en el último ángulo del continente sólo existen fragmentos de las que oprimían al Nuevo Mundo, yo me atrevo a elevar mi clamoroso ruego, acompañado de torrentes de lágrimas; me atrevo, digo, a elevar a los piadosos oídos de V. E. las quejas de una víctima del fanatismo, de la violencia, del respeto, del engaño, de la inexperiencia y de la debilidad; y me es lisonjero esperar de un héroe que ha consagrado su vida, su sangre, sus intereses y quietud a la libertad de la patria y al bien de los hijos de América, que no se desdeñará de echar una mirada de compasión sobre la más desgraciada de los mortales.
“En la tierna edad de quince años, cuando la débil voz de mi razón apenas bastaba para conocer mi propia existencia, incapaz de calcular mis verdaderos intereses, ni de pesar el valor y arduidad de los tremendos votos que emiten al Señor las vírgenes que se consagran a la solitaria vida del claustro, una monja, con ascendiente sobre mi espíritu, por el respeto que inspira la edad, el hábito religioso, la idea de la santidad y por la gratitud que debía a sus caricias y beneficios, empezó la obra fatal de conducirme a la habitación del dolor y de la desesperación misma; ella me presentó las sendas del claustro cubier­tas de flores y de los encantos de la paz y de la dicha; pero me ocultó las punzantes espinas que deben arrancar lágrimas de sangre a las almas que no poseen un temple heroico, capaz de sobreponerlas a los más fuertes impulsos de la naturaleza; ella calló que una alma no persuadida e incapaz de ser humana y elevarse a la perfección de la vida monástica, era condenada en los claustros a llamas devoradoras, a tormentos atroces; ella calló que fuera de los claustros se puede, tanto como en ellos, agradar al cielo, y agradarle sin perjuicio de la natura­leza: sin luces, sin experiencia, tímida, llena de prestigios y promesas, no cumplidas hasta el día, tuve que ceder aun cuando una imperiosa voz me decía desde lo más profundo del alma: ¿qué haces? ¡detente! Presté, pues, un sí fatal; pero acercándose el día horrible de mi profe­sión, manifesté a mi madrina, la señora doña Mercedes Gil, mi absoluta repugnancia; la manifesté también a los ministros del Altar que diri­gían mi conciencia: mis lágrimas, mis sollozos, mi gemir continuo, así lo publicaban; pero por causas que aún debo callar, víctima desgraciada, fui conducida al altar del sacrificio. El Padre de los seres, ese justo Dios a quien yo no puedo engañar jamás, sabe que, en quince años transcu­rridos desde entonces, el coro, el claustro, la ófrica celda, han sido otros tantos lugares donde, en vez de los cantares que les dirigen las vírgenes libremente comprometidas, yo no he hecho sino derramar lágrimas y apelar a su misericordia de la violencia y de las leyes violadoras de la naturaleza, que me han impuesto un yugo que detesto, y privándome de servirle y de servir a la sociedad fuera de estos fatales muros. Mis confesores, todas las monjas y las personas del siglo que han merecido mi confianza, todas saben, señor, que no he dejado de mirar el hábito que visto como santo y dichoso para ciertas almas, pero como un ger­men de desgracias para mí ¡Ah, quién me lo diría!
En este estado, para no concluir mis funestos días en la deses­peración; para no atacar por mí misma una existencia abominable, mientras es con tanta opresión de mis derechos, inclinaciones y sen­timientos; es al héroe de Pichincha y Ayacucho, al que venció los déspotas porque no hubiese tiranía, al que defendiendo la libertad y los derechos de la Naturaleza, al que allá en su corazón ha hecho juramento solemne ante los hombres de proteger al afligido, al que ha comprobado que posee una alma justa y sensible, a él es, señor, ~ quien apelo, y ruego por la presente que, consultando sus profundas luces y la ley salvadora que se ha publicado, preste un remedio a quien protesta probar cuanto expone y a quien, si logra romper sus cadenas, será eternamente reconocida a V. E.; de lo contrario, está resuelta a ser la víctima del claustro.-INÉS”.
No necesitamos agregar que el general Sucre accedió a las súplicas de la martirizada monja de Santa Mónica, de Chuquisaca, que si no había sabi­do arrepentir a un San Agustín, se había arrepentido a tiempo a sí propia.
“La lectura de tan sentido escrito -dice el secretario que tan románticamente lo ha conservado- no dejó de impresionar el ánimo del general Sucre, y lo decidió a proteger con la ley a esa compasible víctima de la inexperiencia. En consecuencia de ello, y practicados los trámites prescritos por la ley de secularización, se abrieron las puertas del monasterio a la cautiva del claustro, y complacida salió a gozar de su libertad y derechos, bendiciendo al Congreso y al Gobierno; así lo acreditó, llevando en el siglo vida ejemplar”.
Cuando leí esto lo primero que se me vino a la mente fue Súper Sucre. Un súper héroe, con su capa y los interiores por fuera como súperman. Con unas patillotas como en los retratos. En fin, el deshacedor de entuertos de Cumaná.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Qué tiene fidel que ni los imperialistas pueden con él



Antes de que Fidel se muera voy echar un chiste sobre él. Si lo hago después de que fenezca no tendrá gracia y seguro que me acusan de hacer leña del árbol caído, de contrarrevolucionario y hasta de escuálido.
En Cuba encuentran un huevo de dinosaurio. Los científicos de la isla logran que eclosione. Una vez que realizan todos los estudios posibles sobre el pichón de dinosaurio no hallan qué hacer con él. Deciden regalárselo a Fidel, así que nombran una comisión de científicos para hacer entrega del cachorrito. Fidel, como siempre, empieza a hacer preguntas sobre el obsequio ofrecido. “¿Qué come el animalito? Preguntó mientras lo miraba con atención. “Bueno, comandante, él come cualquier cosa que encuentre por ahí, hojitas, frutas…”. Fidel, después de pensar un instante, lanza la siguiente pregunta “y ese animalito ¿no requiere ningún cuidado especial?”. Los científicos a coro le respondieron que no, que nada que ver, que el animal se cuidaba solo. Por último les hizo la siguiente pregunta “¿y cuánto puede durar ese animalito?”. El jefe de los científicos le respondió “como quinientos años, comandante”. Entonces Fidel les dijo “llévenselo, no lo quiero”. Los científicos le preguntaron “pero por qué, comandante”. Fidel les aclaró la duda: “es que después uno se encariña con el animalito y sufre mucho con la pérdida”.

Entre Bares y Choques

El domingo, como todo maracucho que se las da de culturoso, después de oír misa en la catedral, mi peregrino paso me llevó a parar al Lía Bermúdez a la exposición de Alejandro Vásquez. Como siempre, el Maestro dictó doctrina con la misma genialidad que presentó interrogantes. La mayor pregunta, casi un enigma, fue expresado con el siguiente planteamiento: “¿cómo se llama la verguita que tiene la ñ encima?”. Echada al ruedo una pregunta de ese calibre con esa carga semiológica y, viniendo la misma de un artista de envergadura tal, todos los presentes con celular empezaron a llamar a amigos para ver quién sabía. Nadie quería ser interrogado por el Trashumante Poeta de la Luz y tener que reconocer que ignoraba la respuesta. Quedaron como ignorantes desde El Nené hasta Blas. El más cumbre de todos fue Javier León, que dijo que “no se acordaba”, cosa que, por supuesto, no fue creída. Nadie supo dar la respuesta ese domingo lúgubre, haciendo la salvedad de que no le preguntamos a Berta Vega, a Alexis Ramón ni a mi compadre Miguel.
De ese templo de la cultura nos dirigimos, invitados por el Maestro, a Capirugente, sórdido establecimiento ubicado a mediana distancia del Lía. En ese antro degustaríamos un suculento caldo de gallina, que a la final no tuvo sino papas y zanahorias. Allí nos encontramos con las jóvenes glorias del cine regional Yanilú, Ionesco y La Beba. Luego se sumó esa joven esperanza de la canción: Israel. Yanilú, como siempre, fue la que profundizó más en la discusión del séptimo arte. Se preguntó, claro, se trataba de una pregunta que no le llegaba ni por las patas a la del palito de la ñ, por qué no pasan “El Séptimo Sello” de Bergman en vez del programa de Vanesa Deivis. Nadie supo qué decir, así que continuó en un encendido discurso “Ya es hora de romper paradigmas, ya es hora de que el pueblo venezolano despierte y se dé cuenta de que hay algo más aburrido que el programa de Vanesa”. También hablamos de Visconti, de Wenders y hasta de Patricia Ortega, pero la profundidad y densidad del tema, sobre todo del último director, me impiden referirme a lo conversado sin quedar como aburrido. Comida la sopa y tomadas las frías, el Maestro se retiró con su familia. En estos tiempos se dice “hermano indígena que ha disfrutado de las políticas alimentarias del gobierno revolucionario, hermano indígena ido”, así que como buenos revolucionarios nos pintamos de colores.
Yanilú tiene carro y estaba sobria por lo que nos daría la cola a Israel, a la Beba y a este humilde servidor. De Capirugente a mi casa la mejor vía es por Padilla, de ahí Delicias y derechito a mi casa. Yaniluz no sabe dónde vivo (es un secreto muy bien guardado) así que se metió por Bella Vista. Bajamos por la 82, pasamos frente a la logia masónica y en la esquina con la 9B un carro que venía como a 100 se tragó el pare.
No me van a negar que en este caso el dejar pal otro párrafo el cuento me quedó genial. Es por la junta del domingo, desde Cecilia hasta mi hermanita Dulce. Puro genio en ese domingo sangriento. Solamente faltaban Shazzán y Mi Bella Genio en Capirugente ese domingo que no me canso de llamar mortal. Bueno, el otro carro nos llegó medio a medio y nos dio un coñazo pero lo que se llama durísimo. Durisísimo diría yo. Qué susto Dios mío. Los cuatro quedamos muy coñaciaos. Debo, en honor a la verdad, decir algo que dejé para ahora, cosa de que si alguien se ladilló en el camino por lo malo del artículo no se entere, y es que estábamos con algunas cervezas entre pecho y espalda, a excepción de Yaniluz. Me parece que las únicas personas que no bebieron en Capirugente fueron Ivett y Yanilú. Bueno, lo cierto es que ya estábamos medio aturdidos por el alcohol y ese coñazo nos dejó tridesorientados. Cuando más o menos se me pasó el susto y me ubiqué geográficamente me di cuenta de que el pare nos lo habíamos tragado nosotros. Hay, sin embargo, un pequeñito detalle: no había señal de pare. Ni pintada en el suelo ni aérea que llaman. Marditos todos. El marico de dimartino gasta todos los cobres del mundo en publicidad pal mamarracho del Guaky, dota a la policía municipal de patrullas Peugeot (una verga más sifrina no existe) y hace lo que le da la gana con la plaza de la república. Pero pa pintar un pare, una simple señal de pare, pa eso no hay cobres. El sitio exacto está a dos cuadras de Bella Vista y a tres de Falcón, nada de periferia ni cordones de miseria. Por culpa del coño de su madre de dimartino casi nos mata otro carro, totalmente sin culpa. Dos jóvenes promesas del cine regional y un incipiente ídolo de la canción casi pierden la vida por una negligencia más del tapao y grillúo dimartino. De los cuatro que veníamos, dos tenemos descendencia y no me hubiese gustado verlos huérfanos. Mucho menos por una payasada más del alcaldecito.




Gracias a Dios no nos pasó nada. El vergajazo más duro me lo llevé yo. Mi hermano mayor me rescató del sitio y me llevó pal centro médico de oxidente donde no me quisieron atender, así que nos arrancamos pa la clínica paraíso donde sí me recibieron y diagnosticaron. Por supuesto, me pusieron un analgésico y me mandaron pa mi casa a que pasara la pea.



Reflexionando un poco sobre lo cerca que tuvimos la muerte, pensé que morir después de haber visto la exposición del maestro Vásquez, en otras circunstancias of course, hubiese hecho la cosa más llevadera. Pero morir con la incógnita planteada por Alejandro sin resolver, ya era demasiado, así que el lunes, enratonao y coñaciao investigué sobre el verguito que lleva encima la ñ. Se llama virgulilla.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Gustaff Adolf Hill





Conocí a mi hermanito Gustavo Adolfo en el escenario. Por supuesto era él quien estaba en el escenario, yo me encontraba entre el público que lo escuchaba, embelesado y con baba corriendo por la comisura de los labios, tocando el cuatro. Hasta afinando el cuatro destila virtuosismo. Para nadie es un secreto que mi oído es muy fino y reconoce a un virtuoso cuando lo ve, es decir, cuando lo oye. En aquel entonces acababa de regresar de mi largo y duro exilio europeo, por lo que esa música era otra razón de vida para quedarme en mi terruño. Esa misma noche Karla Orence nos presentó. Nos lo encontramos casualmente en la Plaza e la Muñeca (a) “Plaza de la Libertad”, donde bebía con una gente cervezas (Regional, of course) compradas en una de las casas que circundan tan emblemático lugar. Más maracucha la vaina y me pego un tiro. Por supuesto, hechas las presentaciones de rigor, empecé a jalarle bolas y a felicitarlo por ese concierto que tanto me había alegrado la vida. En esos pretéritos tiempos aún no estaba empatado con Lola (en aquel entonces Lola sería menor de edad), por lo que era un ser hosco, salvaje y más odioso quer coño, pero qué no le perdono yo a un virtuoso de esa talla, que además bebe en la Plaza e la Muñeca con el pueblo mesmo. Le metí conversa con John Dowland, uno de los autores que tuvo la suerte de ser interpretado por él aquella noche, porque pa pedante yo. El muy mardito contradijo todo lo que yo dije con argumentos medio chimbos y traídos por los pelos. Se aprovechó de que, a la hora de la verdad, quien había tocado al susodicho autor era él. Pa triodioso, él.
Como recién llegado que era en ese entonces, le conté emocionado a todo el que me encontraba, que había estrechado las virtuosas manos del maestro Colina. Siempre me respondían “yo conozco a ese carajo” y acto seguido lo alababan y trataban de buscar un nexo especial con él. Que si es compadre de mi hermano, que si su mamá es prima hermana de una tía de mi mujer, que si es mi pariente. El que se pasó de maraca fue mi compadre Daniel, que me dijo sin ningún tipo de pudor que eran hermanos de crianza y que Israel le pedía la bendición a Maíta. Yo, pa que la gente crea eso mismo, me refiero a él como Gustavo Adolfo. Este recurso es, lo reconozco, barato y trillado, pero no es menos cierto que la cabeza no me da pa más.
Una vez en el antiguo Capirugente Israel y Gustavo Adolfo me hicieron el honor de invitarme a su mesa y conociéndome seguro que me invitaron una cerveza también. Israel me preguntó “¿Teto, a vos qué te parece el trabajo que realizó Gustavo en la dirección de cultura de la alcaldía?” la pregunta fue hecha con una entonación y un énfasis que sonó a algo así “Señor Alberto Carlos Bustos, ¿Qué opinión le merece a usted la labor desempeñada por el ciudadano Gustavo Adolfo Colina al frente de la Dirección de Cultura de la Corporación Alcaldía de Maracaibo?”, no se me les olvide que pa odioso yo, así que le contesté: “Una cagada”. Israel peló los ojos, se puso serio y sacudió la cabeza. Gustavo Adolfo se cagó de la risa y me preguntó: “Ajá, Teto ¿y por qué te parece una cagada?” No voy a decir aquí las razones que me llevaron a esa conclusión: lo haré en el próximo párrafo porque éste está muy largo y me le quiero afincar a Yian Carlo Trimardino.
La dirección de cultura de la alcaldía es un mamotreto que cumple horario de unas ocho horas diarias. En esas horas nunca se ha hecho nada por la cultura. Ahí, bajo el gobierno trimardítico organizan desfiles, arman unas carrozas, buscan una candidata pa cada concurso de cada feria de la ciudad y, por supuesto, el despilfarrador, de mal gusto, antiecológico y mayamero encendido de las luces de bella vista. Un virtuoso como Gustavo Adolfo debe, por el bien de la humanidad (y esto lo digo en serio), dedicarle por lo menos unas 25 horas diarias al cuatro, como ya lo hace El Kóyak con la venta de repuestos. Trimardino lo llama pa alejarlo del cuatro y zambullirlo en la mierda que es la burocracia municipal. Qué le cuesta a Trimardino mandarlo constantemente de gira internacional pa que se presente donde sea. A un virtuoso de esa calidad uno le paga hasta el pasaje de la jeva y los mete en un hotel arrecho, total, siempre deja “muy en alto el nombre de la patria”. No, Trimardino le ofrece un carguito de la burocracia pueblerina de Maracaibo. Qué de cojones, un virtuoso ejecutante de nuestro instrumento nacional detrás de un escritorio cumpliendo horario. Marditos todos. Por ese atropello en cualquier país civilizado meten a Trimardino preso por muy alcalde que sea.
La otra vez a mi hermanito Gustavo Adolfo le dio un patatú. Una verga muy fea y muy grave. ¡Muchacho! Esa vaina sí me dolió. Hasta lloré. Pensaba: tanto mardito que anda jodiendo, robando, asesinando… y no le pasa nada, todo el tiempo tranquilito; a mi brodercito que usa las manos para la paz, para el amor, pa transmitir vergas tan arrechas con el cuatro casi se lo lleva la pelona. Cuando su vida no corría peligro de muerte, los coños de su madre que al principio de este artículo se hacían pasar por parientes de él, decían ahora “pero nunca va a poder tocar…” Algo así como “te tengo dos noticias, una buena y una mala. La buena es que no se muere de ésta y la mala es que no toca más”. Qué de arrecheras que cogí con esos marditos. Gustavo es una vaina y su virtuosismo es otra: su virtuosismo es, indudablemente, lo más importante. Yo sentía que me decían que era una lástima que se hubiera salvado en esas condiciones. Es lo mismo que invitar a un fotógrafo a una fiesta y decirle “pero te lleváis la cámara”.
Nadie crea que yo dejaba esa verga así. Cuando algún malayo me salía con esa yo le contestaba: “no, hombre, ese coño no tiene nada, ese supuesto patatú no es más que un truco publicitario pa vender un verguero e discos que tiene abollaos, yo hablé con él ayer en su casa”. La gente se arrechaba conmigo y quedábamos una a una, empate. Siento a veces que eso ayudó un poquito a que Gustavo Adolfo se recuperara totalmente. Siento que es así porque la vida es muy mardita y esa era la única manera de que pudiera decirle a los que estaban una a una conmigo, más odioso que nunca, “¿Te fijáis que no tenía un coño? ¿No te lo había dicho yo?”, era la única forma de lograr el desempate, una arrechera mía contra dos arrecheras de mis contrincantes. La vida es muy mardita, pero a veces es más.
El otro día, caminando por 5 e julio me lo encontré en una valla publicitaria y se me infló er pecho de orgullo: honor a quien honor merece, así venga éste de tendencia®. Claro, me ladilla un poco que la valla la quitaron, pero las de Trimardino, Guaky o Jenri Ramíres (a) Edi Mónster no solo no las quitan sino que las multiplican. Por ahí me dijeron que lo habían quitado por feo, pero se sabe que a pesar de eso no es contrincante ni pa Trimardino, ni pa Guaky ni mucho menos pa Edi Mónster en eso de la fealdad.
Verlo en la valla me alegró mucho, así que una vez tomadas las fotos (más malas que el carajo, pero en la peor salgo yo reflejado de pura casualidad, así que digo que es un autorretrato) sentí una voz jovitera que me decía: “Oj, y lo voy a pelar en er blog”

martes, 16 de octubre de 2007

De Maracaibo me voy

Solo y rodando por el mundo con un dolor profundo y sin poder llorar como que me voy pa Caracas. The Guarairarrepano’s Queen. Estuve por aquellos lados como por 5 días. Visité la catedral y el museo de ciencias naturales. A la Villa Santa Inés fui pero por razones puramente laborales, de esa visita escribiré más tarde. Mi champú de cultura incluyó un intercambio de ideas, frías de por medio en un sitio donde venden regionales negras, con mi hermanito Baralt Franco y mi decrépito y anciano padre. El equivalente a 10 minutos de conversación con Juan Mendoza si uno sabe de qué habla.
Estoy preparando seis currículos: Ministerio de Relaciones Exteriores, Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, Dirección de Relaciones Internacionales del Ministerio de la Cultura, vIvE tV, otro pa un carajo que es primo de un tipo que trabaja en la Alcaldía Mayor y que conoce al individuo de recursos humanos, el último es pa mi hermano Baralt Franco, aunque sospecho que el muy malayo lo quiere enmarcar (sólo tiene una página) pa tener anotado y a la vista lo que le debería prohibir a Ariadna. Como quien dice, estoy mudao.
El otro día estaba leyendo un bello poema de Bello (empleo el tiempo que me sobra gracias al desempleo en cultivar mi intelecto y en leer güevonadas como los poemas de don Andrés) y, grillúo que es uno, sentí que me identificaba con un fragmento que prosiguiendo mi labor civilizadora para con los 9 pelabolas que leen mi blog, reproduciré:
¿Qué morada te aguarda? ¿qué alta cumbre,
qué prado ameno, qué repuesto bosque
harás tu domicilio? ¿en qué felice
playa estampada tu sandalia de oro
será primero? ¿dónde el claro río
que de Albión los héroes vio humillados,
los azules pendones reverbera
de Buenos Aires, y orgulloso arrastra
de cien potentes aguas los tributos
al atónito mar? ¿o dónde emboza
su doble cima el Ávila entre nubes,
y la ciudad renace de Losada?

En Caracas como que hay déficit de genios. No lo digo por mí, ojo. En Maracaibo como que hubiera superávit. En la cuna de Bolívar están residenciados un triverguero e maracuchos. Hasta Rossana Marín, que tenía chamba estable y matrimonio estable con Samael, se tuvo que dir. Ella es querida por todos en la ciudad del sol amada y su trabajo como actriz respetado que jode, bueno, aún así se fue pa la capital. Yolandita Delgado es otra que tuvo que dejar el pelero, que en su caso es bastante decir, hasta ella que puro verla caminando por la calle se agradece, se marchó y tengo tiempo que jode que no la veo. Oh! Yolandita! Mi primera maestra de comunicación gráfica en la muy ilustre universidad der sulia, vos también te fuiste del amado terruño.
La vida es muy mardita, como no me canso de decir. Ni de verga agarran sus bártulos y neceseres la jermanquis o julio “mijomilindo” gil. A ese parcito tenemos que calárnoslos en esta pobre ciudad del coño.
Los que me conocen saben (y los que no, sépanlo) que no tengo corazón ni sentimientos. Prueba de ello es que no visité a mi hermanito del alma Audio Cepeda cuando estuvo recluido en el hospital Coromoto. Toda esa dureza e insensibilidad desaparecen con todo lo concerniente a Guaicaipuro. Remardición sea, hasta he llorado pensado en la güevonada de la distancia y esas vergas. Pero, qué más, palante, patrás ni pa saludar a Chávez.
Tengo la certeza de que Franco Baralt y Alejandro Boscán sufrieron lo mismo (para cada uno su sufrimiento es superior al de los demás, obvio). Y es que el trío de coñitos con los que la providencia nos premió es de antología. Cuando Aquiles se fue pa Caracas también eché mi lagrimita y cada vez que me encuentro a Ariadna, que se parece un poco a Franco (al que diga que es igualita le sale LOPNA, ese coño es muy feo), es mejor que encontrarme con su padre. Y eso que con Franco los encuentros son cerveza de por medio. Aquiles Orence volvió, gracias a Dios, pero sé que la alegría que causó su regreso es una ñinguita al lado del dolor que causaría en Alejandro su partida de la Reina del Waraira Ripano.

lunes, 8 de octubre de 2007

Mc Guevara o Ché Donald´s

Los chavistas que tienen cachifas; los que tienen 3 carros o más, entre ellos “un cacharrito del 2003”; los que tienen celular arrecho, de esos que traen cámara, emepetrés y habla pegao; los que beben güisqui del bueno en sitios de pinga sin regatear un coño; los que le regatean el vuelto a los periodiqueros; los que se tumban la comida del mercal y no les pasa nada; los que desde un autobús entregado a crédito, con miles de facilidades para su pago, por FONTUR, no aceptan el pasaje estudiantil; los que andan en su júmer cagaos de la risa; los que ni de verga ponen a los hijos en escuelas bolivarianas; los que los inscriben en la URBE; los que tienen un mollejero de años que no utilizan el transporte público; los que ni locos se meten en esa cola de mercal pa comprar 2 pollos solamente por persona; los que regalan las cosas que les sobran, que ya no sirven, que no les quedan o que simplemente son muy feas o pasadas de moda, y llaman a eso “compartir”; los que firmaron pero no asumen nada y lo evaden todo: me presionaron, me podían botar del trabajo, la mujer mía me dijo que si no, no me lo daba más…; los que viven en villas cerradas; los que conocen Los Roques y/o La Orchila sin haber pagado nada; los que no critican a nadie ni a nada “del gobierno” aunque se lo merezcan o se hayan pasado de maraca; los que están en el IPC; los que dicen: “nooo, lo que Chávez quiso decir fue que…” e interpretan exactamente lo contrario como si Chávez necesitara exégetas; los que tienen su copeyano por dentro y su adeco a flor de piel; los que dicen que vtv vIvE y tves son lo mejor que hay en televisión, pero tienen cable; los que agarraron de a 3 Quijotes, de a dos Miserables, toda la colocción del perro y la rata y no se han leído ni uno; los que sin haber leído la constitución bolivariana defienden la reforma creyendo que todo cambiará de manera que todo permanecerá igual; los que dicen que Lina Ron está loca; los que no han ido para Barrio Adentro ni de pacientes; los que te resuelven el pasaporte y/o los dólares de CADIVI previo módico pago; los que prefieren beber güisqui malo que ron bueno; los que buscan las monedas más pequeñas para los cuida carros, los drogadictos o enfermos con récipe en mano; los de la tendencia sambilista; los que en cualquier momento saltan la talanquera; los que no hacen nada porque este país del coño cambie…
Esos chavistas abundan. Este socialismo bolivariano está acabando con sus vidas. Porecitos. Todavía no son mayoría, pero su número aumenta proporcionalmente al precio del petróleo y algo me dice que ambos fenómenos están estrechamente relacionados. El portaviones Chávez se terminó por convertir en La Bandeja de Plata Chávez.
Yo, que soy chavista del ala extrema del ultra chavismo, a veces me pregunto lo mismo que algunos escuálidos del otro extremo: ¿será que Chávez sabe y no hace nada? Porque recordemos que el mismo Chávez dijo que a él no lo tenía engañado nadie. A mí me parece que la mejor prueba de que sí lo tienen engañado es que diga que no lo tienen.
Hoy, 8 de octubre, día del Ché, le dedicamos esta crónica que es exactamente lo que el hombre nuevo no debe hacer. Hay una canción de Kevin Johannsen, llamada “Mc Guevara o Ché Donald’s”. El que la quiera oír que me escriba un imeil y le retruco el emepetrés ipso facto.

miércoles, 3 de octubre de 2007

La Mancha® vs. Pornorama

En Caracas hay un pocotón de cosas que no se pueden ver en Maracaibo y viceversa, lo que pasa es que las cosas que se pueden ver en Caracas son como más arrechas o más bonitas que las que se ven aquí y no allá. Entre esas cosas están La Mancha® y Ávila Tevé, que comparadas con Panorama o canal seta le dan toda la razón a nuestros argumentos. La Mancha tiene un ECPAI en Catia Tevé, así que pasamos por allá a saludar a nuestra alta pana Llanet Rodríguez. Le preguntamos por ella al recepcionisto y nos contestó, de muy mal humor por cierto, que ella no trabajaba ahí y que sólo de vez en cuando iba. Repreguntamos, puesto que no había respondido la pregunta, más arrecho todavía nos contestó que no. Le pedimos mil disculpas por la molestia y entonces cambió totalmente. Nos dijo que no era ninguna molestia así que agarramos cada uno de a dos ejemplares de La Mancha® y nos fuimos.
Apenas tuvimos oportunidad ojeamos el periódico y ¡sorpresa! Nada más y nada menos que una foto de este humilde blog. Sin permiso ni autorización de la parte interesante. Sin siquiera un visto bueno de nuestra parte. Lo peor de tan detestable y censurable crimen es que la foto aparece firmada por alguien que no es su autor. Eso se llama plagio. Ya a Manuel Noriega le dimos sus coñazos pa que aprenda a respetar (dice que no sabía nada, pero nadie le cree), pero qué podemos hacer con Sotillo. El tipo es más bien mollejúo y tiene cara como de destripador. Se aprovecha er mardito. Así que nos comunicamos con nuestro bufete en Nueva Cork y la demanda va. Erga, coñojemadres, qué se creen.
Dejando a un lado los aspectos legales del tal presunto plagio centraremos nuestra atención en nuestra vanidad. Nuestro trabajo reconocido aunque fuera de manera espuria en tan prestigioso papel. Nos lo leímos toíto toíto. En especial nos llamó la atención un artículo de un tal Óscar Rodríguez. Ese artículo en especial, lo leímos y releímos. Total, igual no lo entendimos, pero nos pareció arrecho. Sobre todo lo de la Joaquina Riviera.
Compramos el Panorama y leemos con atención la noticia de las candidatas a reina de la feria de la chinita. La cruda realidad que nos presenta el señor Óscar Rodríguez versión maracucha. Y créanme que los maracuchos cuando nos lo proponemos somos la verga más salá que hay en la bolita er mundo. La elección de la susodicha reina es, como es de esperarse, la verga más manida y trillada que hay. Las presuntas reinas tienen que cumplir con un protocolo muy exigente. Esta agenda incluye una visita a las instalaciones del periódico de la revolución Panorama. Si Chávez viera la página roja de ese diario y no le retirara el epíteto, con estos dedos lo acusaríamos de infiltrado. Convenimos en que Chávez no tiene tiempo pa estarlo perdiendo en leer periódicos, por lo que le llegan recortes impersonales en una carpeta. Pero podría cambiar de asesores y no creerle sólo a Calixto, Rodrigo o Di Martino.
Son 18 las candidatas. A cada una la patrocina una empresa relevante o emprendedor de Maracaibo, porque al centralismo tampoco escapamos. Entre los sponsors figuran empresas rojas rojitas como PDVSA, PEQUIVEN o el palindrómico SAGAS. Mardición. ¡Patria, Socialismo o Muérete que Chao! ¡Patria, Socialismo o Muerte Lenta! Requetecontramardición.
Entre las contendientes por la corona no hay, como siempre, una wayuu o una negra. En esta esquina pilín león y en esta otra la negra Hipólita. Ellas no fueron las únicas excluidas de tan magno evento: al pobre Dr. Palencia, émulo insigne de José Gregorio Hernández, no lo dejaron hacer ni una operacioncita.
Qué le cuesta a Chávez decir un domingo de estos que La Mancha® es el Periódico de la Revolución. El impacto mediático sería inmediático. Imaginaos a todo ese poco de jalabolas y escoltas comprando La Mancha®: se agotaría hasta el último número. Esa sería la única forma de que los escuálidos leyeran La Mancha®. Sería una de las pocas formas en que se culturizaran los marditos.
Para despedirme y volviendo a lo del plagio. Todo lo que aparece en esta página es producto de un trabajo y un esfuerzo colectivo llamado por sus integrantes Alberto Carlos Bustos. Les explicamos: Berta Vega nos avisa que hay una vaina por ahí que merece ser fotografiada. Agarramos y nos montamos en un carrito de San Jacinto y en un microséis. Le preguntamos a alguien dónde queda el punto de referencia que Berta nos había indicado. Tomamos las fotos entre varios y después no sabemos quién tomó cuál. Luego alguno escribe la crónica y los que anden por ahí le quitan, le ponen, transforman. Al final Norman Prieto le da el visto bueno y otro más lo pone en el blog. Consideramos como autores desde Guaicaipuro hasta el señor que manejó el microséis. Para todos todo, para nosotros la alegre rebeldía. Hay cosas que aparecen con su autor (poemas y vainas de esas) verdadero y no vale la pena citarlos. Las cosas que son de nuestra propia cosecha, menos. La alegre rebeldía nos obliga a exigir que todo lo aquí escrito es propiedad intelectual de Alberto Carlos Bustos.
Con Sotillo no podemos hacer nada, la demanda va con todo el precio de la ley. Así que Eva Gólinyer tiene un tigrito más en las cortes federales.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Franco y Hipócrito

Me vine pa Caracas por el verguero que me tienen formao en Maracaibo. Magínense: desde el camarada Daniel Castro hasta el compatriota Lenín Calderón me tienen vetao en las tierras de mis panas Baralt y Udón (por cierto, me enteré hace poco {es que la falta de incultura no tiene límites}que Udón era un seudónimo y no un nombre de pelo en pecho), veto infundado, como se supone, viniendo de este par de sociólogos. Desde mi posición cúbito dorsal y felina, extremidades (¡siempre!) en alto, trato de defenderme ante este ataque canino como mejor puedo. Por eso es que estoy aquí huyendo de esos marditos perros buscando en la cuna del Guaraira Repano, consejo, tácticas y estrategias pa joderlos pronto y volver.

En la ciudad capital, para el maracucho promedio, sólo hay dos personas a las que recurrir: mi compadre y hermano Javier (Baralt) Franco y Pedro Bracho. El segundo no puede opinar por la naturaleza de su trabajo y el primero tiene mucho que contar desde su experiencia con el protagonista de “La Hora de los Mongos” (le advierto al mariquito anónimo que escribió el comentario de canal seta diciendo que era canal zeta que se abstenga de hacer algo en defensa de Castro y que por el comentario anterior se mame un güevo).

Empiezo, puesto a elegir entre Lenín y Castro, por el segundo que fue el que jodió a mi hermanito Baralt (Franco).

El escritor desconocido más famoso de Maracaibo es, indudablemente, Javier Franco. A él eso lo tiene sin cuidado. Lo que opinamos los potenciales lectores de Javier es lo contrario: ve, mardito, escribite alguna verga arrecha que deje jodío a Blas, es lo que le decimos todos. Escribí cualquier verga, remalayo, dejá que tu prosa nos inunde, verga!!!!!

Al parecer esto mismo se lo dijo Ariadna (única mujer a la que le coge línea) y el hombre, padre responsable como pocos, decidió comprarse lo que García Márquez habría comprado a su edad (la de Franco) si hubiese tenido a esa misma edad los cobres que Franco tenía: un laptop. No es que Franco tuviera muchos cobres, noooo: tenía los suficientes pa comprarse alguna verga medio maluca de tercera mano, cobres, que por cierto, no sobraban en el humilde recinto que su existencia cobijaba. Cobres que podían en un momento dado pagar un recibo de luz o, por qué no, comprar un juguete para su hija. Nada, usó esos mismos cobres pa comprarse el notebook que haría más culto al pueblo mesmo y a este servidor de paso. Una inversión, pues.

Franco, no buscó en los clasificados de ningún periódico sino que ingenuo preguntó a los panas quién tendría ese laptop. Algo me dice que la recomendación se la dio Alejandro Boscán, no ingenuo pero sí inocente: Daniel Castro está vendiendo una maquintosh que supera tus expectativas y como que coincide con tus finanzas. Javier llamó al hijo de Lolita y cerraron el negocio.

A la semana (no exagero, aunque me parece que fue menos tiempo) el laptop no prende, no funciona y se tira tres peos. Estos desperfectos no los origina ninguna prosa, la de Franco incluida, según los que saben de computación. Si el dueño anterior no los conocía, según los mismos expertos, era muy ingenuo o muy inocente. Castro no es ni lo uno ni lo otro a pesar de que parezca ambas cosas por la calidad de los programas de vIvE en los que aparece. Otra posibilidad es que no lo supiera por bruto, muy posible según sus detractores, pero uno, que lo conoce sabe que la verga tampoco es así.

Franco le informó a Castro, como es normal en estos casos, lo que sucedía con ese negocio. Daniel le dijo que no, que no era posible, que fueran pa que el técnico acompañados del laptop en cuestión. El técnico cobra, al igual que por los celulares, por puro ver el aparato, la diferencia es que el de los laptop cobra mucho más. El técnico cobró (pagó por supuesto Franco, el dueño actual del aparato para ese entonces) y dio su veredicto (veredictus, confutatis): chamo, esta verga no sirve, aquí la tenéis, pero entre botarla y ponerla de pisapapeles no hay ninguna diferencia.

En ese momento, Daniel, hijo de la exgobernadora y del ganador del concurso de cuentos del nazional; hijo de una de los firmantes de los intelectuales apoyamos a Teodoro, Chávez vete ya y del ganador del concurso de cuentos del nazional; profesor universitario con sueldazo y heredero de esa gran fortuna: en fin un socialista del siglo XXI, le dijo a Franco francamente: te jodiste. Bueno, la verdad es que tampoco se lo dijo así, se lo dijo así: te-jo-dis-te, pero con ese tonito coño e madre que sólo algunos maracuchos sabemos darle.

Franco, en vez de darle un coñazo le propuso que bueno, que le devolviera LA MITAD de lo pagado, tomando en cuenta lo fortuito de la vaina… nada, chamo, te jodiste y LA AMISTAD (Daniel entendió eso en vez de LA MITAD) nunca existió, lo que hubo fue negocio, así que Patria, Socialismo y Muérete que Chao. Franco igual no le dio ese merecido coñazo y murió callado sacando la cuenta de cuántos juguetes había dejado de recibir mi querida Arianda por culpa de ese mardito.

Lo del otro socialista de siglo XXI, lenin calderón, se los cuento después y es que ahoritica tengo mucho sueño y por ese trimardito nunca lo he perdido.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

12 de octubre

¿Para qué has venido a nuestras casas,
a nuestros pueblos,
carajo?
¿Quién acaso ha ido a tus casas,
a tus pueblos?
¿No decían ustedes todavía:
carajo,
hoy como siempre,
como antes,
bien de rodillas me has de servir?
A partir del día de hoy
esto, carajo, se terminó,
has de olvidarlo del todo.
Ladrones, hombres ladrones,
¿dónde están nuestras chacras?
¿dónde están nuestros animales?
Ladrones, perros, mistis,
hoy en nuestras manos van a morir.
Hoy no somos ya como antes,
ya no soñamos
ni dormimos.
Hoy pues
estamos despertando del todo,
carajo.
"Versos de escarnio contra los latifundistas", Rumitaqe, Canas (Cusco), 1921, trad. del quechua.

martes, 11 de septiembre de 2007

RoCola Bacalao te enseña...

Escuchando música de un grupo ecuatoriano llamado RoCola Bacalao adquirí dos conocimientos totalmente inútiles: quién es (o mejor dicho, quiénes son) Rolando Vera y qué es el arrope de mora. Como divulgador de conocimientos presuntuosos revelaré ambas interrogantes sin más preámbulo que éste.
En una canción intitulada “Jordán “El Bárbaro””, el protagonista, Jordán, se queja de que no consigue arrope de mora. Introduje las palabras en la güiquipedia y más o menos se despejaron dudas. Seguí investigando a partir de las pistas de la güiquipedia y di con lo que es: un dulce, sirope o mermelada de mora que se elabora de manera endémica y endógena en Ecuador. Lo mismo que ocurre con el calabazate, el dulce de limonsón o el prosopográfico chocho e vaca: la única parte en toda la bolita er mundo donde se hacen es en nuestro patio patrio zuliano y comarcas circunvecinas. Allá el arrope es propio de Ibarra y sus comarcas ídem.
En otra canción, el personaje principal, Miguel o Miguelito, mientras huye de un choro le dice que él es primo de Rolando Vera y por lo tanto no lo va a alcanzar jamás. Otra vez pa la güiquipedia y qué me encuentro: Rolando es un luchador de lucha libre (nunca me he explicado, aunque me lo he preguntado, por qué no se llaman “luchadores libres” en vez del larguísimo “luchadores de lucha libre”) mejicano. Sigo buscando por otras partes y lo encuentro: corredor ecuatoriano ganador un verguero e veces del maratón ese que hacen en nueva york. Busco ahora en la güiquipedia el maratón y aparece la lista de los ganadores. Está Rolando, pincho en su nombre y ¡aparece el luchador mejicano!
La güiquipedia es una vaina muy interesante: todos pueden participar en la elaboración de artículos. Deberíamos ponernos las pilas y meter a todos los maracuchos que podamos en la tal güiquipedia, desde Julito Jiménez hasta Cósimo Mandrillo. Si meten medio diccionario de Luis Guillermo Hernández nos adueñamos de la tal güiquipedia.
El que quiera oír las canciones reseñadas sólo tiene que enviarme un imeil y con gusto le retruco los emepetrés.

viernes, 3 de agosto de 2007

Er compadre

El día del cumpleaños de Bolívar los originales de la ciudad organizaron cualquier sarao y/o convite en el territorio de la Plaza Bolívar. Desde su excelencia el Gobernéitor condecorando al pendejo de Ravell hasta los “radicales” de Frente Francisco de Miranda haciendo lo de siempre: nada. Repartieron los miserables “Los Miserables” cuyo nombre cada vez más es “Los Abollaos”, grabaron el mismo programa de siempre de vIvE, y hubo un taller de petacas dictado por Énder Colina. En definitiva, los únicos que en realidad sabían lo que estaban haciendo y lo hacían bien eran Énder Colina y los muchachos del Frente. Claro, los del Frente son unos virtuosos y perfeccionistas en lo suyo. Énder sólo tiene talento.
Apenitas pasé por la plaza. Me asquea un poco ver a esa suerte de mercaderes del templo paseándose con franelas rojas, gorras rojas, chaquetas caqui de fotógrafo y más de tres chapas (el dueño siempre las llama “credenciales”) colgando desde el cogote hasta la barriga. Ese espectáculo me parece la antítesis del chavismo que milito y practico. Dejé al chamo con su madre en lo del taller de petacas, medio saludé a alguna gente pana y me arranqué. Como miembro de Frente Francisco de Miranda me fui a mi casa a hacer lo que había visto que hacían mis co-luchadores del frente en la plaza.
Había adquirido con el chamo el compromiso de irlo a buscar así que a golpe de siete de la noche estaba allí (uno le dice “de la noche” aunque esté el sol todavía despidiéndose de la concurrencia. Decir las siete de la tarde, aunque sea correcto, suena más pedante que Calixto Ortega explicando la situación del Zulia). Cuando estábamos todos en el carro camino a la casa vimos a mi compadre Sergio, que es, además, compadre de la mamá del chamo y padrinito del chamo. Le dije al chamo “ve, ahí está tu padrinito Sergio”. Decirle eso o decirle que ahí estaba Igor Stranvinsky fue lo mismo: cero reacción. Supuse que no se habían visto ni saludado en la plaza. Lo único que pude pensar fue: igualito a la madre (los dos).
Con el compadre la historia es muy triste y coña e madre, llena de traiciones y conspiraciones, tiene, entonces, todos los elementos que la hacen merecer ser contada: ahí va.
Hace mucho tiempo atrás estábamos mi compadre Daniel y yo montando la vaina en Capirugente ®. Todos los días, después de haber largado la respectiva verga tratando de armar la casa, nos íbamos pal Palmarejo a tomarnos dos o tres regionales de las negras. Más de eso no podíamos tomar: no teníamos cobres y a esa hora estábamos trimamaos. Tanto, que a duras penas nos manteníamos en pie buenos y sanos. En una de esas breves escapadas nocturnas de entre semana nos encontramos a Reinaldo, un oscuro y bajo personaje de canal seta. Con nuestra natural simpatía compartimos, empero, compartimos la mesa y le brindamos una cervesiña al caballero en cuestión. Hablando mal de Daniel Castro y de Javier Parra, se fueron los minutos hasta que mi compadre Daniel recibe una de esas “misteriosas llamadas”, a golpe de diez de la noche. Conversa mi compadre y de repronto me pregunta por mi número de cédula. Hacerle esa pregunta a alguien en un sitio como en el que nos encontrábamos es suficiente como para que lo maten a uno en esta ciudad del sol amada. Como se trataba de mi compadrito hice una excepción y ante mi mirada, lleno de temor, me pasó el teléfono. Nada, era una amiga mía de hace muchos años y que ahora trabaja en caracas, invitándonos a una actividad y la cédula era para lo de la lista de invitados y el número de almuerzos, típico de pdvsa. Le digo a esta amiga que estamos en compañía de un pana de canal seta, que si quiere se lo pasamos pa que converse con él. Claro, cómo no, hablaron y al ratico nos fuimos, pero sin Reinaldo.
Tiempo después esta amiga nos informa, personalmente y cara a cara, a mi compadrito y este servidor que ella también había recibido una misteriosa llamada, aunque no del mismo tipo de misterio que las de mi compadrito, de una Queila de Canal Seta. Esta Queila le advierte que debe tener más cuidado a la hora de invitar a la gente a los eventos, esto lo dice por Daniel y por mí. Al ser preguntada por qué decía eso, ella agregó que éramos unos saboteadores y unos conflictivos. Al ser repreguntada si éramos escuálidos, corruptos, ladrones u oportunistas respondió que no (¡menos mal!). La amiga nuestra se la sermonió sobre la necesidad de unir fuerzas y dejar de estar hablando güevonadas del prójimo. Queila se despidió con un enigmático aunque trillado “después no digan que no se los advertí”. Quedaba claro y tácito el compromiso de no decir nada a nadie de lo conversado, pero los nexos y parentescos son más fuertes que esos compromisos, así que llamé a mi compadre Sergio y le eché el cuento.
Primero se cagó de la risa, diciendo que eso lo decía yo porque le tenía envidia al padre Vidal. Le informé la fuente de donde tenía la información, entonces trató como de darle vuelta al asunto para justificar lo que la Queila de Canal Seta había dicho y hecho. Le pedí que por favor hablara con la bruja y le dijera que no dijera cosas de gente que ni conoce (de verdad, nunca he cruzado palabra con Queila de Canal Seta, la conozco de vista y puedo decir con toda propiedad que es una de las cosas más feas que he visto), pero qué va, mi compadre Sergio le dio en cierta forma la razón y no le dijo nada.
Otro tiempo después, ahora en caracas mesma, en el cuartel general de Misión Cultura. Se apersona nada más y nada menos que Carmen Bohórquez con el currículo de su prima, socióloga y tal pa ver si hay alguna chamba por ahí pa ella. Soy activador de la Misión Cultura así que no es raro que me enterara de lo que esta bruja dijo. Pa rematar la vaina se encontraba presente un pariente mío. La muy mardita dijo “dígame lo que ocurre en el IPC Zulia, con ese asistente que tiene, (en ese entonces “ese asistente” era yo) conflictivo, saboteador y parece un indigente”. Mi pariente no dijo nada, me confesó que con esas acusaciones era muy difícil defenderme. No volví a llamar a mi compadre Sergio para echarle el cuento otra vez, me imagino que lo sabía antes que yo. La prima de la Bohórquez quedó en el IPC Zulia, pero después la sacaron. Cómo sería de mala que con esa madrina y todo, igual la sacaron.
La obsesión que últimamente tengo con el Mariscal Sucre, lo odiosa que pueden ser las comparaciones y lo odioso que soy yo, me llevan a que el inefable Rumazo y cito unos brollos que dijeron de Sucre poco antes de asesinarlo.


Sarria operaba por mandato del general Obando. En el proceso hay, entre otros documentos, la siguiente atestiguación juramentada del sacerdote Justo José Sierra: «Dijo el declarante que, habiendo sido cura en la parroquia de Matituy, ju­risdicción de la ciudad de Pasto, fue un día a visitar al señor general José María Obando en dicha ciudad, por amistad que tenía bastante estrecha con él, y habiendo entrado a su pieza lo encontró en una conversación, o diciendo mejor, orden reservada que le estaba dando al coronel Sarria, en la que, después de haberle saludado, prosiguió diciendo a dicho señor coronel: «Este es el hombre más malo que pisa el Estado, él es caviloso, lleno de astucias, ambicioso, sanguinario y últimamente es opuesto a todas nuestras ideas, es aborrecido de todos y particularmente en este país ... » Y entonces le dijo (Obando) que hablaba del general Sucre... A ese tiempo entró el colector de rentas Antonio Torres con unos paquetes, al que le preguntó si eran de pólvora buena y él contestó que si; estos paquetes fueron entregados al coronel Sarria, diciéndole el general: «ya no hay más que hacer, vaya usted a cum­plir con su comisión inmediatamente», encargándole la más grande exactitud y pun­tualidad; que luego, a los dos o tres días de esto supo en su cuarto el asesinato del Gran Mariscal. Habiendo ido nuevamente a Pasto, le exigió el general Obando le diera un certificado sobre que el asesinato había sido cometido por unos hombres incógnitos y disfrazados... Le contestó que no podía darlo, pues no le constaba... y que se acordara la orden que le había dado a Sarria a su presencia.»

Del cabrón del Obando ya hablé (citando a otros, claro está) mal en antes. Aprovecho ahora y citando al camarada Rumazo, develo la identidad del no menos cabrón Sarria.


El otro viajero fue el coronel Juan Gregorio Sarria, hijo de sencilla familia neogranadina. "Vinculado al general Obando -dice Lemos Guzmán (op. cit. 126)-, a más de amigo le fue guardián, y ni la fatalidad ni los castigos rompieron ese vínculo, que era la reciprocidad entre el jefe querido y el leal servidor y compañero... Dividía la vida entre el trabajo y la guerra ... Fue el crisol de san­gres diversas y, por lo mismo, de virtudes y defectos contradicto­rios; inteligente y vivaz, su ley fue la fuerza, y su razón el asta acerada de su lanza." En suma, un súbdito ciego de Obando; un mestizo ladino; un guerrillero que resolvía las cuestiones a lanzazos. Este coronel Sarria llevará a los ejecutores del crimen al sitio exacto; cargará los fusiles; partirá luego hacia Popayán, no sin antes esperar, en la casa de Erazo, que se le dé la noticia del ase­sinato, ya consumado.

Estas comparaciones además de odiosas son como que muy traídas por los pelos. Esa gente apenas sabía leer y autocompararme con Sucre no es mi intención. Lo que se parece es el mecanismo milenario del brollo: hablar mal con mentiras de alguien para joderlo. Claro que en este caso no se trata de un asesinato ni quiero acusar a nadie en el presente de ese crimen. Para que la vaina quede clara y sin mal entendidos haré otra comparación que compite en odiosidad con la primera.
Ahora citaré un libro que me prestó Audio Cepeda y que dudo mucho devolverlo algún día. Total: el libro está bastante escoñetaíto y Audio tiene cobres. El libro en cuestión se llama “Historia General de las Indias” y es el número 64 de la colección (qué molleja, Sucre me sale por todos lados) “Ayacucho”. Su autor es Francisco López de Gomara, lo que podríamos llamar un intelectual de su época. Nada que ver con el salvajismo y la barbarie de los remarditos Sarria y Obando. López de Gomara era un hombre de pluma (Queila de Canal Seta y la Bohórquez son mujeres de buche y pluma), un intelectual, lo repito, al igual que Queila de Canal Seta, que es abogada y la doctora Bohórquez, que es licenciada en filosofía. También, al igual que este parcito de féminas, escribía (ellas hablan) unas güevonadas para coger palco. Citaré algunas para que vean que hasta el lenguaje se parece, que los tres parecen de los mismos tiempos pretéritos.


XXVII
LA RELIGION DE LA ISLA ESPAÑOLA
El principal dios que los de aquella isla tienen es el diablo, que le pintan en cada cabo como se les aparece, y aparéceseles muchas veces, y aun les habla. Otros infinitos ídolos tienen, que adoran diferentemente, y a cada uno llaman por su nombre y le piden su cosa.


XXVIII
COSTUMBRES
Dicho he cómo se andan desnudos con el calor y buena templanza de la tierra, aunque hace frío en las sierras. Casa cada uno con cuantas quiere o puede; y el cacique Behechio, tenía treinta mujeres; una empero es la principal y legítima para las herencias: todas duermen con el marido, como hacen muchas gallinas con un gallo, en una pieza; no guardan más parentesco que con madre, hija y hermana, y esto por temor, ca tenían por cierto que quien las tomaba moría mala muerte. Lavan las criaturas en agua fría por que se les endurezca el cuero, y aun ellas se bañan también en fría recién paridas, y no les hace mal. Estando parida y criando es pecado dormir con ella. Heredan los sobrinos, hijos de hermanas, cuando no tienen hijos, diciendo que aquéllos son más ciertos parientes suyos. Poca confianza y castidad debe haber en las mujeres, pues esto dicen y hacen. Facilísimamente se juntan con las mujeres, y aun como cuervos o víboras, y peor; dejando aparte que son grandísimos sodomíticos, holgazanes, mentirosos, ingratos, mudables y ruines.


XXXI
DEL PEZ QUE LLAMAN EN LA ESPAÑOLA MANATI
Manatí es un pez que no le hay en las aguas de nuestro hemisferio; críase en mar y en ríos; es de la hechura de odre, con no más de dos pies, con que nada, y aquellos a los hombros; va estrechando de medio a la cola; la cabeza como de buey, aunque tiene la cara más sumida y más carnuda la barba; los ojos pequeñitos, el color pardillo, el cuero muy recio y con al­gunos pelillos; largo veinte pies, gordo los medios, y tan feo es, que más ser no puede; los pies que tiene son redondos y con cada cuatro uñas, como elefante; paren las hembras como vacas, y así tienen dos tetas con qué dar de mamar a sus hijos. Comiendo manatí parece carne más que pescado; fresco sabe a ternera; salado, a atún, pero es mejor y consérvase mucho; la manteca que sacan de él es muy buena y no se rancia; adoban con ello su mismo cuero, y sirve de zapatos y otras cosas; cría ciertas piedras en la cabeza, que aprovechan para la piedra y para la hijada; suélenlos matar paciendo yerbas orillas de los ríos, y con redes siendo pequeños, que así tomó uno bien chiquito el cacique Caramateji y lo crió veinte y seis años en una laguna que llaman Guainabo, donde moraba; salió tan sentido, aunque grande, y tan manso y amigable, que mal año para los delfines de los antiguos; comía de la mano cuanto le daban; venía llamándole Mato, que suena magnífico; salía fuera del agua a comer en casa; retozaba a la ribera con los muchachos y con los hombres; mostraba deleitarse cuando cantaban; sufría que le subiesen encima, y pasaba los hombres de un cabo a otro de la laguna sin zambullirlos, y llevaba diez de una vez sin pesadumbre ninguna; y así tenían con él grandísimo pasatiempo los indios. Quiso un español saber si tenía tan duro cuero como decían: llamó "Mato, Mato", y en viniendo arrojóle una lanza, que, aunque no lo hirió, lo lastimó; y de allí adelante no salía del agua si había hombres vestidos y barbudos como cristianos, por más que lo llamasen. Creció mucho Hatibonico, entró por Guainabo y llevóse al buen Mato manatí a la mar donde naciera, y quedaron muy tristes Caramateji y sus vasallos.


Para terminar y a la vez hacer un último aporte a la cultura de los cuatro pelabolas que leen esto, citaré a Luis Britto García. Él tiene un libro, “Abrapalabra”, que considero uno de los mejores libros que he leído (y me he leído mis ladrillos, no se crean) y el mejor escrito en Venezuela. A veces me sorprende alguien que se ha leído cualquier libro imaginable, gente cuya lista de libros leídos es más larga que la de por leer, gente como Javier León u Oscar Tirado, pues, esa gente no se ha leído “Abrapalabra”. No quiero acusar a ninguno de estos insignes poetas de incultura general, a lo mejor se lo leyeron, quién quita, es sólo por decir algo. Bueno, dedicado a mi compadre Sergio, que para quienes no lo sepan, es hijo predilecto y amantísimo de la Dra. Bohórquez y pana burda de Queila de Canal Seyta, un pedacito de Abrapalabra pata de cabra, que seguro que ninguno de los tres se lo ha leído.


EL COMPADRE
Autorizo la salida del sol, y permito a la vaca Azucena parir un becerro con una estrella en la frente.
Mando repartir nombramientos y ayudas entre los adulantes que me saludan agitando sus sombreros desde lejos, al pie del apamate.
Ordeno que me lean la lista de las delaciones, en donde mis hijos, mi hermano y mi primo se acusan mutuamente de planes para asesinarme.
Autorizo al arzobispo a que venga a entregarme el escapulario bendito por el papa y la poción de pomarrosas para mi vejiga.
Mando al Consejo de Ministros que otorgue a mi compañía la, concesión petrolera que necesita para revendérsela a los ingleses.
Ordeno al señor Amadeo que me venda sus hatos para completar el negocio del monopolio de la carne.
Autorizo al escritor Macedonio Catalán a que me entregue los regalos que trae de Europa, mientras vigilo la anidada de las cluecas, la tusa de los gallos de pelea, la capada de los cochinos.
Mando a la comisión de las compañías de los gringos que redacte las leyes del país sobre la materia de minas y de petróleo.
Ordeno a Eloy que cuelgue de las bolas a los oficiales que no quieren delatar a los conjurados.
Autorizo que suelten a los estudiantes que protestaron, vista la carta de su dirigente donde dice que el festejo no tenía carácter político, que las manifestaciones carnavalescas no iban contra el gobierno.
Mando que entreguen unas casas a las últimas queridas que me han parido muchachos.
Ordeno al General Apolonio Iturbe que salga a combatir a los malos hijos de la patria que han invadido en un vapor fletado, y dispongo que no le envíen el parque ofrecido hasta que no haya muerto en combate.
Autorizo otra recluta de voluntarios para que los manden amarrados a trabajar en mis hatos.
Mando los sueldos y las raciones del engorde de los mautes, de los espías, de los generales, de los mulos, de los embajadores, de los bueyes, de los senadores, de los perros de cacería, de los sabios.
Ordeno que la ceniza del tabaco y la esperma de la vela y la clara de huevo en la botella me traigan los presagios de la vida eterna, del poder irresistible, de la riqueza incontable.
Después de la cena, autorizo la lluvia.
Desde la ventana contemplo los luceros y ordeno la caída de los que no me gustan.
Permito la noche sin sueño por la hinchazón de la vejiga y la tirria de este país de muérganos en donde todos me obedecen por interés o por miedo.
Ordeno que amanezca y que los carros de la comitiva se dirijan a la hacienda donde se retiró el compadre Celestino Núñez Luque, mi lugarteniente que decidió a puro machete la primera batalla cuando tiramos la invasión por los páramos.
Bajo la acacia sin hojas el Celestino me dice que no me visitaba hace veinte años, de coraje de que vayan a pensar que es por pedir algo.
En el gallinero lleno de aves muertas de moquillo el Celestino me justifica que yo haya tumbado al Invicto Siempre Vencedor Jamás Vencido, de la rabia de que me hubiera hecho capar un gato de la Primera Dama cuando Celestino no lo quiso hacer y prefirió venir a pudrirse en su hacienda.
En la mesa rota bajo el comedor con el techo caído, Celestino no deja que Eloy pruebe la pizca y el mojo, diciéndome: Vusté sabe que yo sólo mato de frente.
En los campos abandonados por la crisis del café, le ofrezco un Ministerio y él me ofrece un cargo de mayordomo.
En los chinchorros de la galería arruinada nos estamos horas sin decir nada mirando las iguanas que pasan por los corredores abandonados y los gatos que olisquean las sobras, y sé que he encontrado al único hombre del país que no puedo asustar ni comprar.
Ordeno que la luna tarde varios años en salir para retardar el maullido de los gatos y para sentir que dura bastante este momento de tener cerca un igual: un amigo.
Dispongo que caiga la oscuridad y al irme a acostar, Mando: Eloy, antes de que amanezca, me afusila al compadre.