lunes, 29 de septiembre de 2008

marditos caraqueños

Cada vez me convenzo más de que los maracuchos somos una raza. Una muy rara (peculiar sonaría mejor, pero con la terminación de la palabrita, uno que es maracucho, la evita) por cierto. En todo el territorio nacional, exceptuando er sulia, por supuesto, nos dicen que los tenemos invadíos y yo les respondo que les estamos sacando las patas del barro, frase manida y adocenada, por cierto, que repetimos todos los maracuchos que vivimos en la ciudad capital, y uno se pone a ver la vaina y como que sí, por muy pedante que parezca. Somos muy pasaos e indiscretos, más ruidosos que una olleta e gallitos y extremadamente informales. Si eso es malo o bueno no es un tema interesante para estas tan aburridas como gloriosas páginas, lo que sí es cierto es que a la gente hay que quererla como es.
En Caracas de entrada desconfían del maracucho y lo tratan como a un malandro y lo consideran un vago. Esto era lo que me parecía a mí en un tiempo que trabajé para una institución caraqueña en er sulia (por cierto, dicha institución, el IPC, está envuelta en un halo de escándalo que sólo farruco y el Chema Rodríguez entienden), y ahora, que trabajo para una institución caraqueña, en Caracas y contra mi voluntad, lo certifico. Estos caraqueños son unos marditos (aclaro que no todos los caraqueños, tengo algunos panas que son como uno, venezolanos, gente de pinga, como somos los venezolanos y no como los maracuchos y los caraqueños. En lo personal, cuando me encuentro con un caraqueño mardito suelo ser un maracucho trimardito y hay que ver lo que es eso), ojalá que los invadan los maracuchos.
Los maracuchos en el exilio, aclaro que para mi gusto vive demasiado poco venezolano en Caracas, en el exilio, vuelvo y repito, somos más solidarios que el coño entre nosotros, para empezar porque tenemos que aprendernos nuestros nombres, habrase visto a un maracucho llamando a otro maracucho “maracucho”. Los caraqueños el único nombre que le ponen a uno es ése: maracucho. La falta de imaginación que tienen esos bichos es proverbial. Llevo trabajando en un sitio, aquí en el exilio, más de seis meses y un verguero e gente no sabe cómo me llamo y mi nombre, Alberto, no es raro al igual que mi segundo, Carlos, mi apellido, Bustos, tampoco es una vaina desconocida, a lo mejor no muy común, pero existe. En este sitio trabajan como seis Albertos más y a todos les ponen una marca para diferenciarlos, que si Alberto P o Alberto Díaz o Alberto N, pero yo soy el maracucho y muchos no saben cómo me llamo. Marditosesos, como dice mi abuelita cuando se arrecha.
La otra vez viendo el carelibro me encontré con un grupo que se llamaba, por cierto, maracuchos en el exilio o algo así y resulta que la administradora es una compañera de trabajo mía cuyo nombre no revelaré (no pertenece al selecto círculo de 17 güevones que pierden su tiempo paseándose por estas gloriosa páginas), y en el grupo en cuestión había un desgarrador testimonio de otro exiliado que contaba que aquí le tocó vivir en condiciones de hacinamiento muy marditas y tenía que dormir algunas veces en la oficina en un saco de dormir porque no soportaba el apretujamiento doméstico y en el trabajo nadie le tendió una mano amiga tipo, no, chico, venite pa mi casa, ahí tengo un cuartito donde te podéis quedar mientras tanto y yo te ayudo a conseguir un sitio decente, como le hubiera ocurrido en Maracaibo a cualquier mardito caraqueño. No sólo no lo ayudaron nunca sino que le mamaban gallo por su precaria situación…
Este final, con esos puntos suspensivos fue realmente conmovedor, una variante de mi dominadísima técnica de saltar pal otro párrafo, representa un adelanto espectacular en mi técnica grafománico-escatológica. Donde trabajo hay unos coños que ni me saludan y la razón de tan inusual comportamiento me fue revelada por otra compañera de trabajo cuando le pregunté porque una persona en especial me tenía tirria sin ni siquiera conocerme: es que a esa coña le caen mal los maracuchos, fue su respuesta tajante. Esta versión, en un principio inverosímil para mí y hasta banalizada por este servidor, fue corroborada por todos los maracuchos que les sacamos las patas del barro en nuestro espacio laboral, que dicho sea de paso es en muchas cosas y en todas las apariencias chavista.
Casualmente todos mis panas caraqueños son chavistas, en serio, todos todos. Entre chavistas uno está más pendiente de otras vainas que de joder al prójimo. Además el argumento de que el regionalismo lo confunde el ciudadano gobernador con separatismo, por lo que el regionalismo es escuálido de la tendencia ilustrada, que es la que encabeza el filósofo discipulo de Montes Quiú, entonces dejan el chistecito regionalista, la mariquera y cambian el tema. Claro, tampoco me refiero a todos los chavistas, en nuestras filas hay tanto adeco de boína roja como caraqueño, así como entre los caraqueños hay marditos caraqueños también hay caraqueños venezolanos, qué verguero al mezclar gentilicios con tendencias políticas, porque además tengo panas maracuchos que son escuálidos, tanto en Caracas como en Maracaibo.
Mi compadre Godfáther, estudioso y tal, ya me hubiera dicho que lo cultural también juega un papel fundamental y que el peo no es económico sino cultural, pero con todo el nivel cultural que tienen unos panas que viven en Maca, Petare (zona aceptada como mardita, marginal y peligrosa), me invitaron pa su casa el 31 de diciembre y recibí el año lo que se dice machete.
A los caraqueños los he ido aprendiendo a conocer desde mi puesto de trabajo y el aprendizaje ha sido duro y coño e madre. He tenido tres jefas, de las cuales una era de pinga y casualmente no era caraqueña, era de Táchira, sitio donde nos tienen con mucha razón mucha arrechera y el trabajo fluyó muy bien. Las otras dos son unas marditas, pero de las dos una merece lugar privilegiado en el jol de la fama de la mediocridad y la bajeza caraqueña. Además es tan fea que casi iguala a queila y quenia de canar seta. Es horrible la mardita, tiene una nariz que recuerda aquel poema del maestro del siglo de oro español que decía que érase una anoréxica a una nariz pegada. La coña es tan mardita, que cuando se fue la jefa gocha (no le perdono que se haya ido y dejarnos en manos de esta mardita horrible y pavosa caraqueña) y anuciaron su nombramiento para el cargo vacante casi todos los presentes al unísono se pusieron las manos en la cabeza y pegaron su respectivo grito colectivo al cielo.
Los caraqueños tienen un peo con lo de la comida, todo el tiempo comen o están con hambre. Por ellos se puede caer el mundo, con tal que no sea en las horas del almuerzo. Otra cosa que tienen, pero que es muy desagradable, es lo que llaman “armá peo”. Eso es algo que va más allá de la discusión y el regaño. El mecanismo es el siguiente: un caraqueño amanece de mal humor, entonces en el trabajo le “arma peo” a los subalternos: lo he visto con estos ojos llenos de asombro por las cosas que he oído: por la décima parte de eso en Maracaibo por lo menos una coñaza hay y se han visto casos de muertos y todo. Aquí todo el mundo anda pemndiente de a quién armarle un peo, qué peo.
No voy a negar que Caracas tiene su encanto dentro una lógica normal, sobre todo para los caraqueños. Uno camina por el centro y se pasea por sitios donde se hizo mucha historia de Venezuela, que si aquí vivó El Libertador, que si por allá se firmó el Acta de independencia y cualquier otro hecho decisivo para el resto del país. Aquí también se fraguaron crímenes y se tomaron decisiones de las más remardecías, no vayan a creer, y tuvieron también un impacto remardito. Lo que pasó aquí en febrero del 89 fue una vaina que debería ser más investigada y contada: muchos de sus protagonistas, de lado y lado, están vivos. Lo que me han contado es espeluznante, a pesar de lo feo que suena la palabreja espeluznante. En esta ciudad uno se da cuenta de qué lado hubiera estado en todos los hechos que cambiaron el curso de nuestra historia (esooooo, puro viajando con Maltín Polar).
En Caracas las panaderías cierran los domingos así como gran parte del comercio, en Maracaibo los marditos comerciantes no cerraron ni cuando el paro de Ortega. A los maracuchos, a pesar de que en Maracaibo no para el ritmo jamás, nos consideran haraganes y flojos maracuchos del coño.
Viviendo en Caracas tengo la oportunidad de conocer y tratar a gente muy de pinga, como es el caso de Luis Palencia, un malandro que da clases en la universidad, o a los Pelúos sin Curita, que son unos carajos que están bien locos y salen en la tele o conversar con el sempiterno dictador de la comunicación alternativa Oscar Sotillo Meneses. Todo maracucho que pasa por Caracas es atendido por un ídem que viva en ella. Cuando los del Movimiento estatuista de Maracaibo fueron pa Argentina fueron atendidos por este servidor y hasta mi cerveza tuve que pagar, porque lo que tienen de estatuas lo tienen de miserables los marditos; Audio Cepeda, mi ilustre y excelso maestro, que también es un malagradecío, casi nunca me avisa cuando viene, pero lo he visto un par de veces y han sido encuentros muy educativos para mí. Una vez me encontré como a 10 profesores de la UBV Zulia y lo que bebimos fue Regional de la negra.
Caracas tiene, para mí, dos cosas realmente arrechas. Una es un busto de bronce del pavoso y menopáusico maestro Billo que está como a treinta metros de la Asamblea Nacional y, que alguna mano caritativa y vengadora le pinta los ojos y los dientes con tiza blanca. Cada vez que lo veo me cago de la risa y me siento reivindicado. La otra es que en esta mardita y caótica ciudad vive mi hermanito del alma Franco Baralt y encontrarse con ese carajo pa hablar güevonadas frente a unas cervecitas es algo que no tiene precio.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Alfínger, la muerte y Chávez

Hay una historia medio agüevoneada que dice que tal día como el 8 de setiembre fue fundada la ciudad de Maracaibo. A alguien se le ocurrió que el Meisser Ambroius Ehinger, mejor conocido como Ambrosio Alfínger, fundó alguna verga ese día, hace tantos años como 479. Lo cierto es que la leyenda cuenta que fue en 1529.
Ambrosio nació en Alemania en los albores del siglo XVI y siempre me he preguntado si el sector de Cabimas llamado Ambrosio le debe tal toponimia al mardito Alfínger. Era banquero, cosa que habla muy mal de él por cierto. Lo cierto es que vino a dar a lo que más tarde sería Maracaibo, exactamente por lo que es hoy en día Puente España, por Las Playitas. Resulta que ahí vivían unos hermanos indígenas de lo más tranquilos y felices: basta imaginarse ese paraje virgen, con las aguas cristalinas y no con el olor a mierda que lo caracteriza hoy en día. Los habitantes de entonces, cuando llegó el teutón a invadir, tenían viviendo en Puente España la bicoca de 20.000 años. Mardito aventurero, menos mal que lo encontró una muerte muy coña e madre, contada magistralmente por mi admirado Herrera Luque en su libro La Luna de Fausto, léanlo y culturícense; de paso se vacilan un libraco como pocos.
Los motilones con los que se encontró Alfínger eran de los malos, así que en poco tiempo se enemistaron y se formó el verguero. Los alemanes, dignos antepasados de Jítler, destruyeron las enramadas, bohíos y bungaloos de los verdaderos dueños dada su superioridad tecnológica en cuanto a armamentos y la disponibilidad de caballos. Los motilones, malísimos entonces, no dejaron en paz a los germanos y éstos tuvieron que recoger sus bártulos y pintarse de colores a Coro. En el año de 1535 ocurrió el éxodo de apenas 30 familias que lograron soportar el asedio y la ladilla de los verdaderos dueños de Las Playitas. En pocas palabras, hoy alguna gente celebra no tanto una fundación como una destrucción: La Destrucción de Maracaibo.
En el año 1569 es refundada como Ciudad Rodrigo por el capitán Alonso Pacheco. Los motilones, incansables en su lucha, los hicieron ir a flecha limpia también.
Cinco años más tarde, en 1574, Pedro Maldonado rerrefunda la ciudad con el nombre de Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo. Lo de “Nueva Zamora” es uno de los primeros actos de jalabolismo del Nuevo Mundo. Maldonado le puso ese nombre para congraciarse con un gobernador llamado Diego de Mazariegos, nativo de la ciudad de Zamora. Me pregunto si la segunda fundación, la de 1569, cuando le pusieron Ciudad Rodrigo no sería por jalarle bolas a Rodrigo Cabezas.
El origen del nombre es otro misterio. Circulan las versiones de “Mara cayó” y la del “lugar donde hay muchas serpientes”. Ninguna me parece fiable porque los hermanos indígenas no hablaban español, ni se sabe en qué basan las traducciones de lenguas muertas, porque lo que hizo la rata pelúa de Alfínger no tiene parangón, ese mardito era un azote de barrio y un asesino en serie, en serio.
Los piratas también hicieron su agosto por el lago de Coquivacoa. Llegaron hasta Gibraltar, donde saquearon la iglesia. Lo que pasó en ese entonces lo cuenta mejor mi compadre Miguel Ángel “Godfáther” Campos en su libro “La ciudad ve el hada”, y cuenta cosas tan horribles que no me atrevo a repetir.
En 1810 lo que pasó en Maracaibo no tiene nombre. La Junta Patriótica de Caracas envió embajadas a todas las provincias notificando a las autoridades lo que estaba pasando en Caracas y los instaban a unirse a la independencia de los marditos españoles y canarios. Los que llegaron a Maracaibo fueron apresados, humillados, vejados, encadenados y enviados a Puerto Rico para unas mazmorras de muerte lenta. Los escuálidos siempre han sido así de marditos, desde la independencia mesma, yo que se los digo.
En Maracaibo los poetas son de primera, eso no hay quien no los quite. Los poemas de Udón Pérez, de Yépez, de Marcial Hernández. La Historia de Venezuela y las investigaciones filológicas de Baralt son lectura obligada para el socialista del siglo XXI. Pintores arrechísimos, que no voy a nombrar porque casi todos están vivos y alguno que otro es pana, aunque ninguno lee el blog. Nombraré a Julio Árraga, a Paco Hung o a Emerio Darío Lunar, casi ninguno maracucho, pero casi.
Cada quien habla de su terruño así, que si los músicos, que si los bardos… por lo que dejaré de hacerlo y me referiré a lo que en verdad iba a decir. Tal día tan controvertido como el de hoy, que aún no ha terminado, se murió Vidal Chávez. La pelona eligió el día de la primera supuesta fundación de Maracaibo para llevárselo. Analizando la vaina llego a dos conclusiones: que lo hizo este día pa demostrar que tiene más humor negro que Vidal, cosa que, dicho sea de paso, estuvo de más. La otra es que más allá de la causa, la muerte, como escuálida que es, le hizo otra vez una segunda a Manuel Rosales y le quitó esa ladilla china de encima.
Mardita muerte, ojalá que se muera la mardita.

sábado, 30 de agosto de 2008

Marditos Watías

Antes había motilones, que se dividían a su vez entre motilones buenos y motilones malos. Los buenos, es de suponer, eran los que se dejaban joder por los blancos o, en su defecto, aceptaban espejitos por tierras. Ahora no hay motilones sino yukpas y baríes, que bajo la dictadura chavista se han vuelto todos malos: no hay espejito ni negocio que valga. Es de suponer que habría motilones buenos y malos tanto entre los yukpas como entre los baríes.
Cuando veo hoy en día a esos mis hermanos indígenas pidiendo limosna en los semáforos, vestidos con harapos, mugrientos y espelucaos, me doy cuenta que peor plaga que el hombre blanco no hay: es el único animal capaz de crear las condiciones ideales para que no les quede otra solución que ir a Maracaibo a pedir. Esto ocurre en muchos semáforos, pero sobre todo en uno que está en la avenida Delicias, frente a Panorama (er periódico de la robolución), diagonal a tribunales y a plena luz del día. Esa vía conduce al terminal de pasajeros y no está muy alejada de la basílica, de la gobernación y de la alcaldía, para agregarle desidia a la vaina. Nadie que haya estado en Maracaibo me va a decir que no sabía.
Los baríes y yukpas, tengo entendido (nunca he estado en la sierra de Perijá, soy un animal de ciudad: cuando tengo media hora sin ver un semáforo me pongo nervioso), viven en zonas inhóspitas y de difícil acceso. Una pana yukpa me contó que para ir a su comunidad había que atravesar hasta diez veces el mismo río serpenteado. Me he preguntado si siempre ha sido así, y siento una voz que me dice que no, que si nos ponemos a ver los hermanos indígenas antes mencionados preferirían vivir en la planicie y no en la montaña, dadas las ventajas que tiene la una sobre la otra que, por supuesto y dados mis antecedentes agorafóbicos, no voy a mencionar. A los yukpas & baríes los sacaron de su territorio hace poco, tanto que hay registros fotográficos de la masacre.
Todo empezó con las compañías petroleras gringas cuando apareció el mardito mene. Yukpas y baríes ocupaban hasta las riberas del Coquivacoa, lo que es un territorio amplísimo; si nos podemos a ver eran unos terratenientes entonces. La exploración en búsqueda del petrolio los expuso al contacto con el watía (el nombre con que llaman los yukpa a todo el que no es yukpa) y empezó una etapa muy negra en la historia de estos pueblos. Enfermedades, alcohol, espejitos. Así, para empezar, los alejaron de las orillas del lago con la excusa del petróleo. Pdvsa como heredera de esas deudas históricas debería resarcir de alguna manera el daño causado como ocurrió en Nueva Zelandia con los maoríes (a correr pa la Güiquipedia, no joda).
La riqueza petrolera empezó las desgracias que continuó la riqueza de sus tierras. La construcción de la carretera, necesaria para la industria petrolera, Machiques-Colón permitió acceso rápido y seguro a los colonos con ganas de deforestar para negociar madera. Un grupo importante de watías empezó a colonizar esas tierras para montar materas, haciendas y granjas. En esos predios los conucos aborígenes desentonaban y no eran bien recibidos. Los futuros dueños de las tierras ancestrales de los hermanos indígenas los sacaron a plomo limpio, les destruían los conucos, atemorizaban a niños, mujeres y ancianos. No vayan a creer que lo hacían a caballo y con lanzas, lo hacían desde camionetas pickup con armas largas y miras telescópicas. Mientras los indígenas huían hacia la sierra los ganaderos, apoyados los rifles en el cajón de la camioneta, hacían puntería y los iban “cazando”, como ellos mismos referían, güisquicito en mano en la casa grande de la matera. Una vez realizada la matanza se acercaban en las camionetas hasta los cadáveres, les cortaban la cabeza, las agarraban por los pelos y con tres o cuatro cabezas en cada mano, click, se tomaban fotos. No es que me contaron que alguien las vio: yo las vi con estos ojos que se han de comer de los gusanos, la historia que describía el safari la escucharon estos oídos míos, en otros términos, claro. En el relato había frases como esas bestias corrían como animales.
En otros casos les llevaban comida y medicamentos en helicópteros (no dudo que tuvieran las insignias de la cruz roja). Dejaban los paquetes con la ayuda humanitaria, cortesía de los watías, y despegaban raudos. Los remarditos ganaderos, como iluminados por Jítler, envenenaban los alimentos destinados a grandes y niños por igual. Los actuales dueños de esos territorios tan heroicamente conquistados son, en muchos casos, hijos o nietos de los retratados sonrientes de las fotografías referidas, de los que enviaban comida. Esos terrenos están llenos de sangre inocente que clama, en el menor de los casos, venganza.
Cuando empieza la era Chávez en Venezuela los hermanos indígenas de la sierra se dan cuenta que la actitud del Ejército, agresor histórico de sus étnias, cambia. Se enteran de cosas que pasan en el resto del país con otras comunidades indígenas y piden sus quince minutos de fama. Como dije, el hombre blanco es el ser más mardito sobre la tierra y en este caso volvieron a salir victoriosos: nombraron una comisión. Perón recomendaba que si se quiere hacer algo bien, debe hacerlo uno mismo; si se quiere que se haga mal y con retrasos, basta con delegarlo; si no se quiere que se haga en absoluto, se nombra una comisión. Algo así pasó en este caso.
Sé de una comisión de demarcación de territorios indígenas nombrada por el ministerio del ambiente que estafó a los indios al reconocerle derechos a los watías asesinos. No es de extrañar: la dicha comisión la encabezaba el tristemente recordado en este blog Lolito, acompañado en esta oportunidad de otro personaje, no menos oscuro aunque parezca exagerado, militante de bandera roja, llamado Mauro Carrero. En una cuestión tan seria como ésta no puede participar un militante de un partido de oposición tan mierda como la bandera roja del coño esa. Me pregunto dónde estaría Mauro si el golpe de abril se hubiera dado y dónde estaríamos nosotros y se me para el pelo. El rol de este triste dúo es pobre. Siguen cobrando por asesorías a la comisión de demarcación, por tanto les conviene que esto se dilate hasta el infinito y más allá. Estafaron a los baríes y eso está mega documentado en Aporrea®, filial mediática de Pdvsa. Estos otrora discípulos de Lusbi se revelaron y mostraron su colmillo amarillo tramposo. Hay otras voces menos comedidas que hablan de sobornos, corrupción y hasta amenazas de muerte, pero eso no está ni remotamente comprobado.
Entregaron a los baríes un documento de demarcación que les hacía dueños de menores hectáreas que las que habían otorgado los adecos y copeyanos de la cuarta república. Estos sesudos analistas, uno de ellos musicólogo y el otro cagado de mierda, entregaron tierras, a veces no solicitadas, a invasores y minería de carbón. No tuvieron las bolas para romper el cerco burocrático (eran adalides de una institucionalidad muy maricona y cobarde) que pudo haber ahorrado tanto a los compañeros indígenas en sus demandas por una tierra libre de hacendados y mineros. Un peo que tiene Lolito con Edipo, con Corpozulia, con Homo et Natura…
Ahora están como caimanes en boca de caño revuelto. No se han pronunciado públicamente, no redactan ni una hoja, mudos quedaron porque están implicados en esta burocracia inepta que todo lo ralentiza mientras el pueblo indígena se muere de lechina, de hambre, de dolor. En qué términos se puede dirigir un militante de bandera roja a Chávez, es muy curioso este caso, ¿lo tratará de sátrapa tirano o de compañero presidente? Otra pregunta necia tendría que ver con la cobertura de Canar Seta de este conflicto. Lolito está en ambas partes y no ha desmentido a nadie de nada por la señal de esa televisora comunitaria maracucha.
Hay cuatro haciendas de miles de hectáreas en la entrada a Kasmera, propiedad de los famosos y marditos hacendados Chávez Vargas. Invadieron las tierras y bautizaron las haciendas Ceilán, Medellín, Maracay, Brasil y Cusare, si la memoria no me falla. Nuestros panas yukpas reclaman el 100 por ciento de esas haciendas pues está comprobado en la historia antropológica y en la memoria indígena que ese territorio les pertenece. Los invasores son tan descarados que no tienen ni un documento de propiedad (¡lógico!) pero exigen el pago de bienhechurías.
A los terratenientes no les falta cinismo: invocan la seguridad alimentaria como justificación al despojo. Esos marditos históricamente han botado la leche a los ríos para que los precios se mantengan. Son marditos por todos lados: al tirar la leche al río comenten un pecado horrible y de paso contaminan y se llevan por los cachos el ecosistema. Solamente por eso, el gobierno no debería pagarle nada a los ganaderos invasores.
El 23 de abril de 2008 un grupo armado asaltó las comunidades Chaktapa y Guamo buscando a Sabino Romero Izarra. La rutina se repitió el 13 y el 21 de mayo. El 7 de Julio, ese mismo grupo armado, encabezado por el ocupante de la hacienda Kusare, Alejandro Chávez Vargas, volvió a amenazar y agredir verbal y físicamente a los miembros de la comunidad. Ese día en una exhibición de valentía y fuerza, el watía Alejandro Chávez Vargas, golpeó y empujó a un abuelo de 109 años de edad. El 22 de Julio falleció José Manuel Romero a raíz de los golpes recibidos. El acta de defunción certifica la venta de la inocencia de Chávez Vargas al determinar la causa de la muerte: parasitosis.
La vida de un indígena vale más que toda la gloria de una gestión pública, pero en este caso hay elementos agravantes por la muerte del anciano. Los compatriotas yukpas basan su cultura en la oralidad, por lo que el anciano cobardemente asesinado era portador de una gran cantidad de conocimiento. Su nieto me dijo que se trataba de un científico y un historiador del pueblo yukpa; que el abuelo fue quien los enseñó a reconocer plantas medicinales, a hacer y envenenar flechas, a fabricar sombreros. Ese muerto es en buena parte responsabilidad de la mediocre comisión de Lolito y Mauro. Nos parece que es éste el elemento más relevante de todo el conflicto: quién va a pagar ese muerto. Todo indica que nadie, total, no es el primero ni el último. Me pregunto qué diría Evo al respecto.
El ejército no se mete con los indígenas mientras se mantengan en lo que los watías reconocen como territorio indio, el problema es cuando salen a reclamar lo suyo, el terreno que ellos saben que les pertenece: el ejército y la Guardia Nacional se ponen de parte de los ganaderos invasores contra los legítimos y ancestrales dueños.
En esa zona la presencia del estado es más bien precaria. Por ahí pasan contrabando, armas, drogas, los paracos hacen su constante agosto, en fin, tierra de nadie. La presencia indígena entorpece todas esas actividades que los invasores toleran y facilitan. A eso tenemos que sumarle el elemento de los desplazados por la violencia en Colombia, miles y miles de watía, que para los terratenientes significan mano de obra esclava, hombres, mujeres, niños y ancianos transitan por esos terrenos expuestos a cualquier peligro. En este caso es la geopolítica lo que opera en contra de los indígenas.
Como se ve todos los elementos que representan riquezas naturales, recursos agropecuarios y ubicación estratégica atentan en contra de las comunidades indígenas. Siempre ha sido así desde que los españoles llegaron. Las perlas de Cubagua significaron el exterminio de sus habitantes; la plata del Potosí hizo lo mismo; el petróleo lo hace a diario en todo el mundo… desde esta gloriosa y humilde página consideramos que independientemente de la posición que mantiene Chávez a favor de los indígenas, sus funcionarios se comportan como los terratenientes. Será porque la vida (y portarse “bien”) puede llevar a cada uno de esos funcionarios a ser terrateniente, pero a ser indio no. Hay además un tipo de ganadero muy perverso: el que es a la vez ganadero y militar, se supone que en el último caso se pondrá de parte del gremio ganadero. El papel de la ministra Nicia es patético y no lo comentaré, ya he hablado demasiadas peperas. Tampoco hablaré del papel de la UBV ni el de Fundayacucho, pero les recomiendo que lean nuestro otro blog, Clorofila Azul, donde Cano tiene todo ordenado y bien escrito, a diferencia del caos y la falta de originalidad de Marditos Todos®. Esto lo dejo de último con la esperanza de que nadie haya llegado hasta aquí por lo largo del artículo y Cano no se raye por aparecer aquí con la gente de Corpo y Carbozulia ni con los ganaderitos asesinos. El link de Clorofila Azul aparece aquí mismo, así que no duden en puyarlo y acceder a información de la buena.
Pobres motilones: tan cerca de Manuel Rosales y tan lejos de Chávez (de Hugo Rafael, no de los marditos Chávez Vargas).

sábado, 26 de julio de 2008

mardita cruz roja

Uno, que siempre le está buscando las 5 patas al gato, no se explica por qué tanto alboroto por el uso de los símbolos de la cruz roja por parte del ejército colombiano en la llamada “operación jaque”.
Pareciera que quien critica ese detalle de la operación está respirando por la herida. Eso es comprensible, la operación dejó loco a partidarios y opositores de cada una de las partes en conflicto. Lo único que pareciera normal dentro de ella fue la coñiza que le dieron a los cancerberos; por lo demás todo muy raro: ni un tirito ni un muerto. Pero hasta en el ejército quedaron tan sorprendidos que no hicieron lo que cualquiera hubiera hecho en un caso similar, o sea, bombardear el campamento de donde acababan de sacar a la Dra. Íngrid y matar a todos los que ahí estuvieran.
Por cierto, se comete una grave injusticia con la Dra. Betancourt al poner los puntos sobre las íes y no los acentos. Íngrid, según las reglas de acentuación vigentes, se debe acentuar. Es una palabra grave o llana y no termina ni en ese, ene o vocal, ergo, lleva tilde. La aberración ésta está tan enraizada que ni el diccionario que traen los programas de computadoras la incluye. Lo mismo ocurre con Wálter y con Mathéus: nunca los acentúan. Así que recomendamos a los diecisiete odiosos que leen estas historias de la vida real que usen ese argumento a la hora de la ociosidad, la antipatía y el sarcasmo.
Volvamos con lo de la cruz roja rojita, que en la crónica de hoy no me ha ni permitido alardear con mi dominada técnica de saltar pal otro párrafo. Los desadaptados, resentidos sociales y anarquistas del mundo occidental consideramos a la susodicha cruz un ente colonialista con sede en un paisito de mierda que nadie sabe con certeza con quién limita, cómo se llama su capital ni qué tipo de monarquía será. Con todo y eso, tienen presencia en casi todo el mundo y les pagan sueldos de fantasía a unos funcionarios que no hacen nada y tienen inmunidad diplomática. La caridad y el asistensialismo viajando en primera clase hablando francés, pasaporte diplomático en mano y coleccionando, contrabandeando y comercializando arte africano.
Hace algún tiempo se comprobó que la cruz roja le dio pasaportes expedidos por ella misma a criminales de guerra nazis. Entonces salió a la luz que no era un error, que lo habían hecho a sabiendas y conociendas de los personajes que recibirían los documentos. Algunos de esos marditos nazis se residenciaron en Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile. Asesoraron en su momento a las dictaduras que luego surgieron en esos países hermanos. Otros huyeron a Sudáfrica y fueron asesorados, seamos justos, por los pichoncitos que ya vivían ahí y que gobernaron a lo Hítler (otro que se debería acentuar) hasta hace poco. No me canso de culpar, por eso mismo, a la cruz roja de la tensión separatista y de las manifestaciones racistas en Bolivia.
Lo de los pasaportes expedidos por la cruz roja tiene una explicación: Europa quedó tan rejodida después de la segunda guerra que no había Estado que le expidiera pasaporte a un montón de ciudadanos refugiados o sobreviviente. El personal y los personeros de la cruz roja estaban en capacidad de diferenciar a un perseguidor de un perseguido del 3º Reich. A veces estaban emparentados ya que los suizos suelen ser germanos.
También se supo, años después, que los bancos suizos tenían depósitos de oro pertenecientes a víctimas del terrorismo nazi. Lo coño e madre de los depósitos era que, a sabiendas y conociendas otra vez, no buscaron a los herederos o dueños del oro para devolverlo. Suiza es un país racista y esquizofrénico. Pregúntenselo a cualquiera que haya vivido ahí.
El uso de los símbolos de Telesur sí es grave. El hecho de que una televisora sea tan mala y aburrida no es excusa para este tipo de comportamiento por el gobierno colombiano en una misión como ésa. El aprendizaje que nos deja esa vil usurpación de identidad es que a Telesur la ve gente que jode y que está mejor posicionada que CÑM. En Telesur deberían aprovechar esta accidental y gratuita muestra de posicionamiento para mejorar la programación y quitar el tenis y las carreras de carros de su programación informativo-deportiva. Esto también descarta la existencia de vínculos entre las FARC y Telesur, de existir tal conexión el engaño no hubiese sido posible.
Lo más grotesco de todo lo que sucedió tras la liberación de los rehenes fue el papel que le dieron a Íngrid. Primero rezó y dio gracias a dios en el helipuerto donde aterrizaron y la esperaba su madre. No se veía tan mal como decían que estaba. En el último video con imágenes suyas, hay que reconocerlo, se ve más bien demacrada y alicaída, nada que ver con la mujer que ahora abrazaba y besaba a Santos y le daba las gracias al presidente Uribe, que ya tenía el 92% de popularidad antes de que Íngrid le agradeciera. De ahí se va a París en un avión especial para ella y sus panas más queridos. En París le dan las llaves de la ciudad y sale en Le Monde en primera página con el presidente Sarkozy. Agradece a todo el pueblo francés en francés con un marcado acento de las selvas del Caguán. Larry King la entrevista y ella contesta en inglés con el mismo acento del francés. Pareció muy mala nota que no visitara las cárceles donde tienen a los guerrilleros de las FARC para comparar condiciones. El llamado complejo de Estocolmo no la afectó para nada y salió hecha toda una resentida. Los que le aplicaron torturas sicológicas a Íngrid deberían dedicarse a otra cosa, después de ser dados de baja de manera deshonrosa por las FARC.
Ya nadie se acuerda de Íngrid, Uribe va por el 95% en las encuestas y de los gringos que liberaron junto a ella no han dicho nada. En fin, como que no han cambiado mucho las cosas en la hermana república. Hay, sin embargo, un detalle (este sin embargo entrecomado me quedó lo que se llama catedrático) al que nadie le paró bolas.
Hace tiempo salió una noticia por Internet (lo advierto pa que vean que la fuente no es muy confiable) que recogía que “organizaciones ecologistas” habían protestado porque había un señor tirando fotos (no tomando fotos) desde una avioneta en la selva. Sacaban la cuenta los ecologistas del tiempo que tarda el medio ambiente en absorber esas fotos multiplicada por la cantidad de fotos de papel y su tinta (unas cien mil, según la noticia, pero pongamos unas diez lucas) que el esposo de Íngrid arrojaba inmisericorde sobre el ecosistema del Caguán. Todo un show mediático (esto lo debería patentar antes de que me lo copien) que debe haber matado animales atragantados o enredados en las fotos contaminantes.
¿Qué pasó con ese señor? Era uno de los que más publicidad tenía con el secuestro de su media naranja. Lo de las fotos fue ridiculísimo y censurado por todos. Pero él palante buscando la liberación de Íngrid en la ONU y en la OEA, en Santiago y en La Habana. Con todos los gastos pagos y viáticos jugosos. Todo eso se acabó para ese pobre hombre de cuyo nombre no se acuerda nadie. Desde aquí, siempre pendientes del bienestar de todos y cada uno de nuestros hermanos de raza, le hacemos un lastimero llamado de piedad para con este otrora famoso ciudadano, a la cruz roja colombiana. Denle trabajo, total, ya tiene experiencia en vivir bien de desgracias ajenas.

martes, 22 de julio de 2008

canal poceta

Lo de canar seta sigue, en lo que se me ocurre llamar la palestra, de nuevo. Resulta que mi compadre Withfather tenía un montón de tiempo detrás de un acta de canar seta. El acta en cuestión está desaparecida del registro que está en el centro comercial las gaviotas. Mi pobre compadre iba, pedía su acta (él aparece como firmante), lo hacían esperar y le decían que no la encontraba, que eso seguramente estaba en unas cajas que ellos habían sacado porque iban a fumigar… que volviera el viernes. Al principio le mamaba gallo, pero al segundo mes de pedir la bendita acta y no recibirla me empecé a arrechar. Lo cierto es que el acta no apareció en el tal registro.
No sé cómo hizo mi compadre Withfáther para encontrarla, pero alguien se la hizo llegar. Lo que llamamos machistamente un héroe anónimo (por qué no se dirá heroína anónima), pues. Debo aclarar que en el dicho registro trabajan unas personas que en sus vidas privadas tienen sus intereses en canar seta a través de unos ecpai.
Resulta que según el acta, el día 5 de diciembre del 2004 a las tres de la tarde se reunieron Heidi Domínguez, Lolito, Rafael Morales, el pavoso y maligno Reinaldo Sánchez, Alexánder Hernández y mi compadre Withfáther. El objetivo de este a todas luces aquelarre era certificar y registrar una asamblea extraordinaria de miembros de la fundación canal z, que según el documento en cuestión, se celebró el 25 de noviembre del 2004. El trabuco descrito antes llevaba de refuerzos a Marcos Rondón, José Veliz, Lisley Osorio y las horripilantes y arribistas hermanitas Keyla y Katty de canar seta. Puro bate quebrao.
El trabajo de esta concentración de genios no era otro que reformar los estatutos de canar seta. Ahí le cambian el nombre por el de “fundación canal z” y, casi nada, cambian la junta directiva. Ya no serían Lolito, Heidi, Alexánder y mi compadre Withfáther sino Marcos Rondón como presidente, las mediocrísimas y chismosas hermanitas Keila y Katty de canar seta como vicepresidenta y 3ª vocal respectivamente, Kenia Useche como tesorera. El resto de las vocales fueron adjudicadas a Lisley y Mharilyng Osorio como 1ª y 2ª finalistas. Además de esta removida de mata autorizaron a Kenia Useche para que registrase el documento.
El documento en cuestión está firmado por los siguientes ciudadanos: Lisley y Mharilyng Osorio, Heidi Domínguez, las calumniadoras hermanitas Keyla y Katty de canar seta, Kenia Useche, Katty González, Lolito, Rafael Morales, el caradura y baboso Reinaldo Sánchez, Marcos Rondón, José Veliz, Alexánder Hernández y mi compadre Withfáther. En el Registro Inmobiliario Segundo Circuito de la hermosa ciudad de Maracaibo y ahí aparecen los nombres de Aura Pernía y Lilia Arenas. El documento fue revisado por Leoner Rubio y María Patiño.
El acta está registrada, firmada y sellada en el registro y publicada en esta humilde página pa que vean que todo es cierto.
Ahora, mi compadre Withfáther no firmó esa acta y Heidi Domínguez me confesó en un almuerzo que ella había firmado la tal acta mucho tiempo después, que la fecha del acta y el día que firmó no coincidían. Es decir, que ese documento adolece de vicios que deberían llevar a su nulidad.
Por otra parte, el Decreto Nº 1.521 del 3 de noviembre de 2001, refrendado (pero no en registros chimbos sino en el propio palacio) nada más y nada menos que por mi pana del alma Hugo Chávez Frías, se llama Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta comunitarias de Servicio Público sin fines de lucro. En ese reglamento hay un artículo numerado como el 22 y titulado como “Incompatibilidades”. En el numeral 5 dice que los operadores de servicios de radiodifusión sonora y televisión abierta “no podrán ser autoridades u órganos de dirección, administración y control de las fundaciones comunitarias, así como tampoco intervenir en las mismas en forma directa o indirecta”. Lo mismo aplica para los “funcionarios públicos que ostenten cargos de alto nivel.”. Otros que tampoco pueden estar ahí “personas vinculadas a operadores de servicios de radiodifusión sonora y televisión abierta o emparentadas con éstos hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o por ser cónyuges”. Creo que entre los firmantes de las actas hay personas que cumplen con las incompatibilidades, no estoy seguro, pero tengo entendido que Lolito ha tenido más programas que el padre Vidal. Tengo entendido (no me crean) que entre ellos hay gente que aparece en la nómina de vIve. Por algo los llaman los vivitos.
El artículo 23 del reglamento mesmo nos habla de pluralidad: “las fundaciones comunitarias deberán asegurar el acceso equitativo de todos los miembros de la comunidad a los servicios que presten y, en tal sentido, no podrán realizar ningún tipo de acción u omisión que implique discriminaciones que impidan el acceso al medio de algún individuo o grupo de éstos”. Y eso marditos no nos registran un ecpai porque se llama el ecpai girls.
Estamos ante una flagrante violación de las leyes y los reglamentos. No sé si estos serán delitos de acción pública o hay que hacer una denuncia en la fiscalía o consultar con un brujo.
Sé que resulta vanidoso de mi parte pensar que estas páginas de cagatintas serán leídas por un abogado que nos pueda asesorar en este caso. Necesitamos abogados escuálidos que sean creativos y nos ayuden, asistan y asesoren por amor, no al arte sino al derecho y a la justicia; además no tenemos para pagar honorarios. Si alguno de los 17 ociosos (XVII, para complacer a Sacha) que pierden el tiempo leyendo estas aburridas e inútiles páginas conoce o tiene un familiar que reúna esas condiciones, que le pida ayuda y nos cuente.
A mi compadre Withfáther evidentemente le falsificaron la firma y el Registro Inmobiliario Segundo Circuito actuó en complicidad (no sé si necesaria o correlativa) con los delincuentes. Por algo no quieren mostrar el documento que les presentamos, porque está más dañao que agua e florero.
Nos despedimos deseándole lo mejor al niño que muchos llevan por dentro en ocasión del día del niño el domingo pasado. Esta felicitación se hace extensiva al niño que algunos llevamos por fuera.

lunes, 23 de junio de 2008

criticonas revolucionarias

La otra vez me llega un mensaje al correo de un tal Sergio Daniel Castro Méndez que decía esto:

“Saludos compatriotas!
Los invitamos a leer y a alimentar el contendio de este blog para ir depurando en lo posible la Revolución Bolivariana.
Por favor corran la voz y envíen el enlace a quienes consideren necesario.
Muchas Gracias.”

El mensaje era colectivo y estaba dirigido como a siete personas más. Ya en el mensajito, mala señal, se arrogan la depuración la revolución bolivariana. Averiguo el blog y me doy cuenta que es bastante mediocre y anónimo. Seguramente lo uno explica lo otro, a nadie le gusta asumir la propia mediocridad. Para mi sorpresa hay un link que conduce a marditos todos®. No me gustó para nada esa idea así que les pedí de la siguiente manera que me sacaran de ese espacio:

“verga, chamos, ustedes sí son pasaos. ponen la dirección de mi blog, identificado hasta con mi propia cédula, para que aparezca en una vaina anónima que uno no sabe pa dónde va. identifíquense o saquen el link de ahí. la pelea es frontal y con la cara destapada. más nada".

Los “chavistas” de la tendencia León Magno Montiel (sí, el hombre se inscribió en el PSUV, al igual que Judith Aular de Durán!!!) me respondieron en seguida con esta demagogia:

“Tranquilo señor Alberto!
No se incomode. Tratemos de complementarnos. Sabe usted que la revolución tiende a tildar de escuálidos a quienes le critican con la verdad. No lo defraudaremos. Si está muy molesto, reitérenos su necesidad de sacarlo de este blog. Gracias.”

Pero no me sacaron del blog. Tratan de intimar conmigo, de decir que somos los mismos, que en la revolución se vale que ellos se aprovechen de situaciones que disimulen su mediocridad. Al parecer han llamado ellos mismos escuálido a más de uno o se los han dicho con razón. A nosotros nunca nos han llamado escuálidos, cuando mucho “infiltrados” y se sabe que esa acusación le cae peor al que la hace que a quien va dirigida. A ellos hay que reiterarles las peticiones claras y precisas, como si se tratara de un favor y no de una exigencia justa. Como yo soy tan mardito y los escuálidos no me sacan de la página, les respondo.

"qué pasó mijos. no sean irresponsables y quiten mi blog de la paginita de mierda que tienen ahí. de todas formas échenle un vistazo a la cantidad de comentarios que han acumulado pa que vean que tener esa página es una pérdida de tiempo y se suma a toda la mierda que al parecer critican con ambages y eufemismos. ustedes se equivocaron de página, la mía es marditos todos y no maricos todos."

Nada, los pendejos no me han sacado, lo que me hace sospechar que no son chavistas un coño y que hacen lo que critican, puro quintacolumnismo. Nadie les ha depositado un comentario que complemente los artículos tan audaces y atrevidos que publican. En ese blog, hablan de “los jalabolas del Gobernador Rosales y a los cabrones que montan las cuñas de Di Martino en cualquier parte” lo que es una ofensa inmerecida para la persona que canta las cuñas de dimardito en la radio. Esa persona es nada más y nada menos que mi hermano Israel Colina y estos boboilucionarios del bloguecito no tienen derecho a llamarlo así. Por cierto, a Israel todavía no le han pagado todo lo que le debe la alcaldía por ese trabajo. No creo que se lo paguen nunca, cosa que habla muy bien de él.
El blog ese es malo con cojones y sin miedo. Pondré un ejemplo tomado al azar:
“Venimos a reivindicar el nombre de Bolívar, nuestro Libertador, a acabar con la puteadera de su herencia por asalariados sin compromiso. A denunciar a los oportunistas. A criticar constructiva y destructivamente en donde haga falta, en defensa de la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez, lider indiscutible de este proceso y con claridad política de avanzada, incomprendida por la ignorancia de la mayoría y la maldad de las minorías apátridas.”
Parece gracioso tanto lugar común, eufemismo y mentira en un sitio público tan pequeño: los mismos que se llenan la jeta hablando y dictando doctrina en nombre de la revolución se aprovechan de los demás y usan sus cosas sin consentimiento. Esa gentecita es la que se echa a dimardito a los hombros, dice que Rodrigo es chévere y que jenry guaiqui va a ganar, pero luego salen con el cuento de que el hombre es Gutiérrez.
Todo esto podrá parecer pajúo de nuestra parte, pero nos parece que las cosas deben ser por las buenas y todos de acuerdo, sobre todo del lado del chavismo decente. Esos carajos se comportan como los lolitos de canal seta y de corpozulia. Si supieran todos cuánto nos ha costado que algunos panas pongan esta gloriosa página en sus blogs. Hasta hemos tenido que amenazar a los de La Mancha pa que nos den cabida en esa página de ellos que está tan buena. Francisco Issa también tuvo que ponernos en su página después que le secuestramos el perro y le explicamos qué tenía que hacer para volver a verlo. Tuvimos que llorar y arrodillarnos ante Nica Cifuentes pa que nos incluyera en Clorofila Azul… pero los adequitos del blog que no hemos nombrado meten marditos todos de manera no solicitada. No hemos nombrado el blog en cuestión, no “para no hacerle publicidad” sino porque así aseguramos que por lo menos lean esta crónica hasta el final. La página en cuestión se llama http://www.criticarevolucionaria.blogspot.com/ y les recomendamos que la lean para que vean lo mediocre que puede ser la gente y nos visiten a través de ella.

miércoles, 7 de mayo de 2008

canar seta

Hace algún tiempo atrás, sería por los años 2001 y 2002, se nos metió en la cabeza de un gupo heterogéneo la idea de hacer una televisora comunitaria en Maracaibo. La idea no era mala, lo demuestra el hecho de que aún, tantos años después, esté vigente, actual y despierte el debate en esta ciudad tan dormida. Nos reuníamos, en el mismo principio, en un apartamento que tenía Lolito en las cercanías de la facultad de ingeniería de la muy ilustre. Los iniciados en el proyecto éramos José Luis Méndez, Alexánder Hernández, Alejandro Boscán, Daniel Rojas y el legendario Compita, menos conocido como Rafael Morales, su verdadero nombre y, este humilde servidor. Con el tiempo se fue sumando más gente y tuvimos que buscar otro sitio para planear lo de la televisora chavista en un estado escuálido. El sitio resultó ser a la final, como casi todo lo que pasa en Maracaibo, Capirugente durante su etapa del cine Andes, en la 13 con la 89E. Todos los sábados, religiosamente nos reuníamos para tratar de darle forma al proyecto del canal, que todavía no se llemaba seta, en Capirugente. Algunas personas más se fueron sumando al proyecto y las reuniones se hacían cada vez más variopintas. Incluso, seres que casi que son curiosidades antropológicas como Juancho la Rosa, Eduardo Lugo, Heidi Domínguez e Imarú Parra se metieron en la cosa. Llegamos a tener como invitados a los muchachos de Catia TV en una especie de taller inolvidable por lo mucho que aprendimos (sobre todo lo muchísimo que aprendió gente de Catia TV).

El tiempo pasaba y no íbamos más allá de lo declarativo y lo teórico, eso debido a mi entender, a que había mucho egresado universitario clase media en el proyecto. Así que en esa inactividad se fueron creando tendencias: unos, más anarcos, queríamos salir al aire lo más pronto posible y no esperar el papeleo burocrático de conatel (que es una ladilla) y, los oficialistas que pensaban que sin todos y cada uno de los recaudos no se podía transmitir ni la temperatura. La tendencia de “salir ya” se reunía en el apartamento de Ruth Jiménez y la del “ya va” en alguno de los inmuebles de Lolito. El tiempo seguía pasando y nada…

En una oportunidad conseguimos una reunión en Conatel en la mismísima Caracas. Allá fuimos a dar Lolito, Alejandro Boscán, Juancho, mi compadre Withfáther, el Compita y, Antonio Aguillón que estaba recién mudado en la ciudad capital. En ese entonces, entre la gente de conatel nos atendió un funcionario llamado Saturno o Júpiter, lo juro que es verdad, tengo testigos. Este señor nos decía que no se nos ocurriera salir sin los permisos respectivos, pero a la vez nos picaba el ojo y nos pegaba con el codo en actitud de complicidad, cosa que tomamos como un apoyo a salir sin papeles y ya. Se parecía un poco a Laura en América cuando les decía por el micrófono a los que se estaban coñaciando que no peliaran mientras le hacía señas a los gorilas para que no las separaran. Júpiter también reconocía que el papeleo era muy complicado, que parecía planeado para no ayudar a nadie a nada y, que si no fuera porque era funcionario de conatel, nos hubiera recomendado que saliéramos de una buena vez. En fin, lo que le faltó fue decirnos que le echáramos bolas y saliéramos así. A algunos nos dio la impresión de que la reunión estaba siendo grabada y por eso no nos lo dijeron. Todo terminó entre apretones de mano, augurios, buenos deseos y los de conatel se pusieron a la orden pa lo que fuera.

En ese viaje a la capital ocurrieron dos incidentes muy parecidos y dignos de contar. Después de la reunión en Conatel Aguillón nos invitó a una tasca, según él, comunista. Ahí celebramos los resultados de la reunión entre cervezas regionales de a tercio, que son las que se consiguen en Caracas. No sé si la tasca era en verdad comunista, pero había un poco de viejos cantando el Bella Ciao y canciones de Quilapayún. Nos acercamos y Aguillón nos presentó. Acto seguido los vetustos camaradas empezaron a entonar las gloriosas notas de la Internacional. “Arriba los pobres del mundo de pie los esclavos sin pan y gritemos todos unidos viva la internacional. Removamos todas las ramas que impiden nuestro bien cambiemos el mundo de fase un viento al imperio burgués”, precisamente en la parte del “viento al imperio burgués”, una putrefacción propia de un peo hediondo, macerado y añejado en el intestino grueso, de un viento capaz de tumbar cualquier imperio se hizo presente. Alguno de los cantantes dijo, “Camaradas, me van a perdonar, pero alguien se tronó un peo…” Todos con las manos en la boca corrimos despavoridos en confusión. Ese fue el apestoso final de tan comunista y musical velada que pretendía coronar una jornada heroica en Conatel.

Al día siguiente estábamos invitados a almorzar en el apartamento de Dayán y Aguillón y yo iba a cocinar. Me esmeré en una salsa para una pasta que debía quedar lo que se llama buena y ser recordada por siglos. En esta oportunidad estaban invitados un profesor de la central llamado Luis Palencia y su señora esposa. Ahí se repitió lo del peo. Solo que esta vez el autor esperó a comerse todo el plato para no interrumpir la degustación. Todos huimos al balcón del fétido aroma y nadie alabó la salsa que con tanto amor y dedicación mis manos hechas para la poesía habían preparado.

Tras estos incidentes mi compadre Withfáther y Juancho empezaron a echarle la culpa a Lolito. Le endilgaban sin ninguna prueba la autoría material e intelectual del enológico incidente. Como a mí hay que mostrarme los pelos del burro y matarme el piojo en la cabeza, solo lograron que me riera de lo lindo de los chistes creados en base al peo de, según ellos, Lolito. Advierto que nunca le di crédito a esa versión, pero años después me lograron convencer con unos argumentos demoledores, que si bien no demostraban nada, cubrían con un manto de duda tan fuerte como el vaho apestoso de los peos. Recuerdo que alguien dijo que el peo era tan hediondo y denso que se hubieran podido tomar muestras de ADN.

En una oportunidad, no recuerdo por qué razón, no nos pudimos reunir en Capirugente, así que lo hicimos en la casa en la que yo vivía en ese entonces. El sitio estaba cerca de la casa de Alejandro Boscán, que tenía un súper ventilador utilísimo en una reunión como la que tendríamos en un sitio como el que había. Mi compadre Withfáther y yo estábamos planeando tratar de hablar con el padre Márquez, acusado en ese tiempo de pedofilia, a nombre de canal seta. A Boscán como que no le gustó mucho el asunto y empezó a preguntar que quién nos había autorizado, que cómo era eso, así que le respondí con una de las mías. Alejandro se puso arrechísimo y empezó a ¡gritarme en mi propia casa! Su respuesta fue desproporcionada por lo violenta, lo reconocieron todos. Desenchufó el ventilador con toda la intención de llevárselo y dejarnos cagados de calor: Maracaibo suele ser muy caliente y húmedo. En ese momento intervino la providencia a través de Lolito, que fue el único que se atrevió a dirigirle la palabra por lo engorilao que estaba Boscán. Lo cierto es que el ventilador se quedó, Alejandro se fue y Lolito le llevó una vez terminada la reunión el ventilador en el carro. El pobre Alejandro se lo había llevado a pie por toda Cecilio Acosta.

Otra vez Lolito insistió en hacer una “lluvia de ideas” (a mí no me gusta ni la lluvia ni las ideas, así que no me agradó mucho la terapia) para la hipotética parrilla de canal seta. Una de las ideas ahí llovida fue presentada por Lolito como de su propia cosecha en una reunión que tuvo en el canal ocho.

Creo haber nombrado a Reinaldo en otra crónica de manera muy cruda pero siempre apegado a la verdad. Él también perteneció a canal seta, en una oportunidad llegó a decir que mi compadre Withfáther y yo lo emborrachamos para hacerlo decir no sé qué cosas que él no quería decir. Otra raya para ese tigre es que firmó actas de reuniones ficticias “realizadas” por canal seta en las que además no estuvo presente. Avala con su firma un acto que no hubo.

En Caracas mucha gente seria e informada cree que canal seta se ve. Que en Maracaibo uno prende su tele y zas, canal seta con su excelente programación comunitaria. Cuando uno les comunica a los caraqueños que eso no es así, que el tal canal es un invento que vive en la fantasía de los empleados de vive, ponen una cara de no entender que es, como diría Puche, un poema. Ellos piensan que canal seta no sólo existe sino que además sale una hora o hasta dos, pero todos los días, eso sí. El mojón y la mentira desplegados en Caracas por los personeros de canal seta alcanzan límites asombrosos.

Una vez hablé con un pana que es lo que llaman artista plástico pa que diseñara unas chapas o carnéts. El chamo se inspiró, parece que se fumó una vaina buena y, con una foto de un ruta seis diseñó magistralmente el encargo. De más está decir que las chapas estaban bellas. Los lolitos (así llamábamos de manera jocosa a Lolito y sus seguidores) se opusieron a la idea de tener un carnet que nos identificara. De una manera más desproporcionada que la empleada por Boscán se ensañaron contra la idea de hacer una chapa. Por esa güevonaíta hicieron un gran escándalo. Cada vez que queríamos actuar en pro de la salida al aire del canal, de producir algo habían gran verguero y arrecheras. Pero el escándalo más bobo de todos los que vi en esa pretérita época fue el de nuestro Ecpai. Para los que llegaron tarde o no han sido contactados por los simpáticos muchachos de canal seta explico lo que es un Ecpai: es el acrónimo de Equipo Comunitario de Producción Audiovisual Independiente. La televisora comunitaria debe fomentar se creación y desarrollo, o por lo menos eso es lo que dice la ley. Bueno, resulta que Juancho, mi compadre Withfáther y yo teníamos un Ecpai que iba a participar en el proyecto de canal seta: el ecpai guirl.

Una cuestión tan intrascendente como lo debería ser el nombre genera, en este caso, odios unilaterales irreconciliables. Esa actitud y la sensación de que no había voluntad para echar las cosas a andar nos alejaron del proyecto. No quiero decir que abandonáramos el proyecto, simplemente nos hicimos a un lado para ver el desastre que armaban los lolitos.

Trabajar con los Lolitos siempre fue difícil por la actitud de odio gratuito que mantuvieron en todo momento. Esa hostilidad y esa traición omnipresente no fueron suficiente para hacernos desistir: proponíamos algo y lo rechazaban; se presentaba una idea y se la robaban; realizábamos un trabajo y se descalificaba... todos esos elementos fueron los que me llevaron con el tiempo a darle crédito a las teorías de mi compadre Withfáther y Juancho sobre el peo de Lolito. Tenía que ser verdad. Fue lo único que le faltó para sabotear nuestra participación en el proyecto de televisión comunitaria.

Pero no lo lograron y eso está más vivo que nunca. Lo que antes eran los lolitos ahora son “los carmonos”, pero de eso hablaré luego cuando recopile más brollos y chismes.

sábado, 19 de abril de 2008

Citogense

Hay tres carajos en el mundo que gozan de mi más completa admiración. Hacen cosas totalmente inútiles e inofensivas pero de lo que llamaré con mis propias palabras un gran impacto mediático. Son acciones tan arrechas que de buenas a primeras surgen los espontáneos por doquier. También lo llamaré efecto dominó (hoy estoy fertilísimo, ya van dos conceptos de mi propia cosecha).
Uno de ellos, un belga cuyo nombre es Noel Godin, se dedica a tirarles tortas en la cara (como en las películas desde Chaplin hasta nuestros actuales días) a todo famoso que osa pisar el sagrado suelo de su patria belga. Le ha pegado tortas en la cara, desde 1969, entre otros, a Margueritte Durás, a Helmunt Kohl y a Bill Gates. La cuestión se hizo tan incómoda para el gobierno belga, que le montaron un cerco policial y el pobre no podía hacer nada. Medio salía de su casa y ya estaban los tombos de civil con radios en la mano, carro negro y lente oscuro y, se le pegaban atrás. Nadie contaba con que iba a ser imitado por otros que no estaban vigilados y ahora optan por ponerle un cerco policial al invitado también. No voy a decir que sean innumerables los imitadores o espotáneos, pero son unas ladillas chinas los tira torta.
Otro es casualmente francófono también, Alain Robert. Este señor se dedica a escalar edificios sin ningún tipo de protección ni cuerdas. Él se encarama en el edificio más alto sólo con lo que trae puesto, que es un trajecito de escalador y unos zapatos super arrechos de escalador. En la mayoría de las ciudades hacer eso es ilegal, por lo que generalmente sale encanao de sus incursiones en las alturas. También tiene sus seguidores que lo ayudan. Su modus operandi es que apenas llega Alain anuncia en un periódico importante que va a escalar algún edificio. Para ese instante en la ciudad todos saben a cuál edificio se refiere el laborioso Alain. Desde ese momento las autoridades policiales se ponen mosca con el hombre mosca y vigilan el edificio en cuestión, cosa que hacen de mala gana: todos, policías incluidos, quieren ver al tipo montándose en el edificio. Muchos esperan, en lo más recóndito de su alma, que se caiga así como otros deseamos que el toro joda al torero. Cuando decide dar el golpe, en determinado momento un montón de transeúntes se quitan su gabanes y saltan raudos al unísono al edificio. Los tombos no saben a quién agarrar ya que son varios y en la confusión nuestro héroe logra superar el límite de los gendarmes. Después, en la cima, lo arrestan. Una multitud se concentra para pedirle autógrafos, que muchas veces da esposado y un par de horas después un anónimo paga la fianza y se va deportado a su Francia natal.
El tercero es mi coterráneo del Zulia Juan Salas. Mucha gente que considero informada y que vive en Er Sulia, no sabe quién es. Con Juancito y con Carlanga se aplica aquello de que nadie es profeta en su tierra. A Carlanga lo conoce más gente pero a Juan lo han visto más. Juan Salas es un genio en lo que hace y al nombrar sus hazañas la gente lo reconoce. Juan Salas tiene un gentilicio bastante raro, po decir lo menos: citogense. Así se llaman los habitantes y nativos de Ciudad Ojeda, como es el caso de Juan Salas. Hablaré de sus golpes más conocidos.
Él fue el que se le montó en el piano a Franco de Vita y gritó “amo a Venezuela, qué viva Chávez” o algo así. En esa oportunidad también le dio un beso al intérprete. Otra vez le violó los anillos de seguridad a Chávez en un mitin que dio aquí en Maracaibo. En esa oportunidad se subió dos veces en el mismo acto en la tarima de Chávez. Otra vez casi le jala el pelo a Chávez y tuvieron que intervenir el entonces chavista Baduel y el sempiterno Diosdado. A Chayanne también se le montó en el escenario en Barquisimeto. Un amigo de él se montó en el escenario del mis Venezuela, le quitó la corona a un mis, se la puso y apenas saludó a su público cuando un verguero de gorilas y escoltas, menos entrenados y más brutales que los que custodiaban al belga tira tortas, y perdonen la analogía, le cayeron encima a coñazos. Este año se metió en la misa en honor a La Divina Pastora en Barquisimeto. Los curas lo neutralizaron, al parecer con exorcismos, pero cuando se dieron cuenta, ya fuera del altar, que no tenía ropa debajo de la sotana sospecharon que sus intenciones eran hacer un estriptís y le dieron otra coñiza por hereje. Su último golpe fue compartir escenario con el camarada Alejandro Sanz en al concierto paraco organizado por Juanes en la frontera.
Como dije, es un genio. Ha roto cualquier anillo de seguridad de Venezuela, se ha codeado en el escenario con estrellas de fama internacional, en fin, ha demostrado lo que es capaz de hacer. En Venezuela desdeñamos de lo nuestro, como bien lo alegoriza aquel cuento de Pocaterra “Manzanita”. En otros países a esos genios los absorben el Estado o las empresas privadas importantes. Aquí hay jaquers presos cuando en otras partes los contrata la IBM o el mismo Bil Gueits, como en efecto lo hizo con un chamo que le clonó la tarjeta de crédito. Una vez un chamo clonó un pasaje del metro de Caracas, y si no es por los franceses, que eran dueños del metro en ese entonces, todavía estuviera preso. Los franceses se lo llevaron para Francia, lo pusieron a estudiar y le dieron trabajo. Juan Salas debería estar dando talleres en el Mossad o en el G2. Por qué no trabaja en Casa Militar, debería tenerlo trabajando para ellos de asesor con sueldazo y chapa. Qué va, el pobre está aburriéndose en Ciudad Ojeda mientras su talento se desperdicia. En su caso se ve lo poco que se toma en cuenta lo endógeno por parte de los venezolanos mesmos.
Reveló en algún impreso de Maracaibo el sueño de su vida, que en realidad son dos sueños. Ir a la entrega del Óscar y "llevarse uno para Ciudad Ojeda"; el otro es correr desnudo frente a la casa blanca en Washington con el tricolor octoestelar en una mano y una rama de lautrel, como símbolo de paz, en la otra. Ambas proposiciones me parecen geniales y deberían contar con el apoyo de Farruco VI. No sería "Corazón adentro" sino "Corazón en el imperio". El Óscar premia la industria cultural que nos jode por medio del entretenimiento y nos tiene sin saber quiénes somos. Pues venguémonos mamándoles gallo en su propia casa. La otra proposición sería un duro golpe en lo político y en lo mediático al imperialismo y a la industria cultural yanqui, también en su propia casa, blanca esta vez. Creo que Nicolás Maduro debería ver cómo hace pa meterlo en la OEA, porque ese muchacho con pasaporte diplomático y suelto en California debe ser bien peligroso.

lunes, 17 de marzo de 2008

Yulimar, Raúl y Luis Reyes Reyes o el día de la mujer



La otra vez iba pal trabajo y me encuentro un grafiti de lo más silvestre, color negro, un solo trazo, pared gris. El mensaje también es de lo más adocenado. Imagínense, 19 años. Casi que nada si le hacemos caso al tango. Bueno, a pesar de todo eso, se me paró el pelo cuando lo vi y se me volvió a parar cuando tomé las foticos.
El período denominado por mis biógrafos "europeo" (que yo llamo "mi largo y duro exilio" y mi madre "diez años perdíos") se inició en setiembre del 88, así que me perdí los sucesos.
Lo cierto es que antes de esa fecha estaba residenciado en la IV como cualquier hijo e vecina. Desde esos pretéritos tiempos Angelita vive en la ciudad de los techos rojos rojitos y cada vez que visitaba la ciudad capital me quedaba en su casa, que era un apartamento. Cuatro cuartos, cocina, una sala mollejúa y un baño. Ahí mandaba Alicia, que estudiaba derecho. Entonces Angelita era una recién llegada pero como es prima de Chaveto consiguió panas en seguida. En ese apartamento caía cualquier cantidad de gente desde Carlanga hasta Yulimar.
Para darle más sabor al chisme, diré que la vez que la conocí fuimos con Yulimar a un bonche en la casa del entonces Jorge Rodríguez.
Yuli era de Tucupita y todo el mundo le preguntaba ¿de mi cupita? Lo cierto es que conocí a la Yuli por medio de Angelita, que rima con Tucupita.
Me encontraba, como recordarán, en mi destierro cuando lo del 27 de febrero y no me enteré de nada. Desinformado y con ganas de informarme. Resulta que a veces algún compatriota se echaba el polo pa la embajada y se traía los periódicos de hacía un mes o más. Pa terminar el relato y hacerlo menos cursi, me enteré de lo de Yuli por la prensa y me dio mucha arrechera.
El día de la internacional de la mujer, como era de esperarse, me fui a la marcha que salía desde el parque Carabobo en Caracas. Me compré una gorra y estuve dando vueltas por la concentración hasta un poco antes de las 10, hora en que debía vender mi famélica fuerza de trabajo. Total, las dejé botadas sin haber tomado ni una fotico, la cámara que empleo para este menester es prestada y ese día estaba devuelta. Caminé hasta el céntral park y volví a pasar por el sitio donde estaba el grafiti del principio de este intento de homenaje. Venía emocionado de ver a las mujeres celebrando y tal. Además venía con mi gorra nueva puesta.
Hacía tiempo que no usaba mi trillada técnica de saltar pal otro párrafo con tanta maestría. Nada, estoy mejorando notoriamente. La pared ya estaba pintada y del grafiti no quedaba nada. Borrado de la faz de la pared por una mano de pintura gris. No voy a negar que me dio mi afrecherita ver que celebraban el día de la mujer limpiando y pintando. Lo malo es que pintan algunas vergas nada más y limpian mal.
Hacer el ridículo con proposiciones extravagantes pareciera ser una de mis virtudes, así que propongo que acabemos con ese colonialismo efemerídico y cambiemos de día el día de la mujer. Lo podemos poner el día en que nació Yuli. Tengo mis reservas para con el día de la mujer, los siguientes 365 días de este año bisiesto serían los días del hombre. Poner ese día se le ocurrió a una tal Clara Zetkin en 1910, pero apenas le pararon bolas los soviéticos siete años más tarde. Además, rememora una matanza, en cambio el cumpleaños de Yuli es vida porque es nacimiento. Siempre he creído que la tal Clara Zetkin se empeñó en el tal día para aparecer ella misma años más tarde en pancartas, banderas y escudos.
De todo este cuento tan balurdo lo que más me dio curiosidad no lo he nombrado y lo dejo de último para dármelas de tener un estilo arrecho. Fue la identidad de la grafitera o grafitero que lo escribió. No conozco a casi nadie en esta ciudad y por lo tanto ni un sospechoso.

lunes, 18 de febrero de 2008

Negros y Maracuchos der mundo: Uníos!!!




No sé a quién se le ocurrió la desafortunada y mardita idea de introducir en nuestro léxico neorevolucionario el término "afrodescendiente". Al parecer, llamar a los negros de esa manera, los dignifica como personas. Adicionalmente el lexema en cuestión pareciera acabar con el racismo y la discriminación de un solo borrón. La palabra negro tiene muchos bemoles, va desde el negro e mierda ese hasta el mi negro bello. Ese término está asociado con la poesía (píntame angelitos negros), la música (duerme, duerme negrito que tu mama está en campo, negrito), la política (la negra Antonia, gobernadora de Portuguesa) y hasta la historia (la negra Matea y el Negro Primero).
Por otro lado, la mayoría de las personas que conozco son de una u otra manera "afrodescendientes" y esto no significa que sean negros. Un ejemplo emblemático de esta paradoja serían mis amigas Jazmín Villavicencio y Doris Orence. Ambas tienen el pelo "malo", la nariz chata y la bemba colorá, pero la piel blanca. ¿Tendrá sentido llamarlas afrodescendientes? ¿Será correcto hacerlo? Mi caso no es emblemático pero un poco curioso: mi abuela paterna, María Noriega, era mulata casi negra, así que yo soy un poquito afrodescendiente y mi hijo, que es catire de ojos claros, también es afrodescendiente, aunque un poquito menos que yo. Eso no quita que nos sintamos un poquitico aludidos cada vez que escuchamos la palabreja.
Pienso que algunos funcionarios de la cultura, esos que solo saben cumplir órdenes de Farruco VI sin analizarlas, como por ejemplo Ángel Rincón, comisario y burócrata de la Misión Cultura en el estado Zulia y Mecocal, "haciendo revolución" y "cambiando radicalmente la realidad" hablarán de "San Benito, el santo afrodescendiente" "la Misión Afrodescendiente Hipólita" y hasta cantando "los chimichimitos estaban bailando el coro corito, tamboré, que baile la afrodescendiente, tamboré, que baile el afrodescendientico, tamboré..."
A nadie se le ha ocurrido hacerle una estatua ecuestre a Pedro Camejo (a) El Afrodescendiente Primero, por negro tiene que conformarse con un busto en el Parque Carabobo de Caracas. Lo mismo ocurre con los "hermanos indígenas". Son discriminados con la misma fuerza que desde el día en que los españoles y canarios llegaron a horadar con su planta insolente el sagrado suelo del continente. Saquemos la cuenta de cuántos "hermanos indígenas de la etnia wayüü" trabajan en PDVSA, o en cargos con sueldazo en algún ministerio. Ah, pero podemos sacar otra cuenta bien odiosa, como las que me gustan a mí: cuántos guajiros están en las cárceles, vendiendo helados para la EFE o Tío Rico, cuántas guajiras son cachifas o buhoneras. En fin, cuántos de ellos son vigilantes privados o salserines. Desde cuándo está esa situación y, lo que es peor, hasta cuándo vamos a permitir que las cosas sigan así. Aclaro que conozco algunas hermanas indígenas con las que lo que me provoca es cometer un incesto.
¿Cómo se llamarán según esta nueva nomenclatura los zambos? Ellos son producto del cruce entre afrodescendient@ y herman@ indígen@, pero antes era entre negr@ e indi@, así que los cerebros del ministerio de la cultura (si es que hay alguno aparte de Queila de canal seta) deberían ir buscando un nuevo nombre que sea así: bien bonito e incluyente.
Esa negación de la realidad por medio de eufemismos se aplica también a los maracuchos. Ningún medio de comunicación trata la palabra "maracucho" con la seriedad que se merece y que nos merecemos los maracuchos. Utilizan, en cambio, la palabra marabino, que más maricona y falta de respeto no puede ser. Cada vez que aparece la palabra maracucho es en sentido "jocoso" o tradicionalero, nunca en serio. Nadie se refiere a Udón Pérez como "El Bardo Maracucho", prefieren referirse a él como "marabino", "zuliano" y hasta "parnasiano" antes que maracucho. Cometen el error garrafal de llamar a la gaita "zuliana", como si en Paraguachón o en El Congo Mirador hubieran grupos de gaita. La gaita puede ser maracucha o perijanera, de tambora o de furro, pero nunca "zuliana".
Si hay una vaina que no le gusta a la gente es que hablen por ella. Menos aún que el que hable por ella sea yo, así que me tomaré el libertinaje de preguntarme públicamente, por escrito y en el blog, qué le parecería a mis hermanitos del alma Ionesco Troconis y Elímer Urdaneta, que alguien los llame "afrodescendientes marabinos". De verdad, esos no son juegos.

domingo, 17 de febrero de 2008

Er perro y la rata





Es muy jodido tratar de acusarme de xenófobo o racista. Viví durante 10 años en el extranjero y fui víctima del racismo casi a diario, así que el peo que tengo con el señor Farruco VI es de otra índole. Creo que hay dos ministerios que no se pueden dejar en manos de extranjeros: el de la defensa y el de la cultura. En una disyuntiva hipotética, preferiría que el de defensa estuviera dirigido por un foráneo antes que el de cultura. Desgraciadamente en nuestro país no es así y eso puede explicar el fracaso de la (indi)gestión cultural del gobierno.

El fracaso en lo que a políticas culturales no es nada comparado con el mojón que el gallego del gabinete le tiene metido a todo el mundo. Me refiero a la mentira con respecto al perro y la rana. No quiero especular sobre la cantidad de títulos o de ejemplares que en realidad se editan en nuestro país, ni elucubrar sobre los derechos de autor que pagan, ni siquiera ahondar en los precios que tienen algunos libros (verga, no me aguanto: la obra completa de Miguel James vale 40 bolos fuertes y el poeta está en la indigencia), mucho menos en preguntar por qué se editan unos libros sí y otros no.
El mojón principal con respecto a el perro y la rana (le debieron haber puesto “The dog and the frog” pa que fuera un mojón rimado) tiene que ver con su nombre mismo. El mentirosillo de Farruquín anda parriba y pabajo con el cuento de que el origen del nombre es ¡un petroglifo! Según él, milenario. El mojón es tan creíble que en estos días conocí a un carajo bien de pinga, muy inteligente y culto (no diré su nombre para no someterlo al escarnio ciberespácico), que sostiene y discute que es verdad. Hasta llegué a sospechar que el individuo en cuestión trabaja para The dog & the frog, sospecha que no he confirmado ni puedo descartar.
La ociosidad y la odiosidad que me caracterizan me llevaron a investigar entre entendidos en la materia, y tanto Lenín Ivánovich Parra como Cano Cifuentes, autoridades indiscutibles en el tema, confirmaron mi hipótesis: en el territorio venezolano en el que actualmente hay petroglifos no habían perros antes de la llegada de los españoles. Recordé al héroe de la resistencia indígena Tamanaco destrozado por un perro, a los aztecas e incas huyendo despavoridos y bastantes cagados perseguidos y diezmados por perros furiosos.
Como la tendencia ahora es criticar proponiendo, propongo cambiarle el nombre a esa verga. Se me ocurrió buscar otro animalito, importado también, que fuera una plaga tan arrecha como lo fue el perro entre los indígenas. También quería mantener el ritmo del nombre pa que no se notara mucho el cambio. Propongo entonces, llamar a la tal editorial “El perro y la rata”.
Para despedirme quisiera agradecer a las 14 personas que leen el blog, lo mucho que me ladillaron para que volviera a publicar cualquier güevonada en él. Más que ladilla era un reclamo que me levantó el ego en determinados momentos de depresión y de frustración por lo del desempleo y el haber tenido que irme de mi Maracaibo florido (separándome geográficamente de mi hijo Guaicaipuro) en busca de empleo. De verdad, ociosos de la verga, muchas gracias.