lunes, 10 de diciembre de 2007

Er güésped alienante

Lo del retiro de la concesión de rctv me alegró muchísimo. Pertenezco a ese multitudinario grupo de personas que ha odiado a Popy desde siempre y no se cala quién quiere ser millonario ni al horrible del Eladio. Desde niño, lo confieso, le he tenido mi arrecherita al canal de mierda ese. De su programación no guardo ningún recuerdo grato (bueno, recuerdo un programa que debió ser muy malo ya que me gustaba cuando era niño: “Feria de la Alegría” conducido por Henry Altuve, cuya carrera llegó hasta una propaganda de Ariel, la de “convierta su tobo en una lavadora «chaca-chaca»”. Debo reconocer que me pongo más retro y me mato) y me alegra que no esté en el aire.
El resto del espacio radioeléctrico (incluyendo el que ocupa tves) está en malas manos. No me refiero únicamente a los canales “privados” porque los “públicos” son igual de malos. Sus orígenes e influencias, en cuanto a estilo, son los mismos de todas las televisoras latinoamericanas. Sin embargo, en Venezuela se hace una televisión muy mala, de las peores del continente. Aquí tuvimos a Renny (confieso que no lo recuerdo, pero me han hablado muy bien de él) pero nadie parece conocerlo a la hora de hacer televisión. El que dejó escuela no fue el bueno del Renny sino la rata pelúa del Marcel Granier. Casi todos los programas de opinión siguen su formato impúdicamente: un invitado contesta unas preguntas convencionales que un entrevistador bien vestido le hace. Un formato sin imaginación pero con algunas variantes, como lo son el invitar un montón de invitados a la vez o no hacer el programa en vivo. Los programas de opinión de la tele no son más que una copia exacta de “Primer Plano”.
Hago un poquito de historia. Cuando los días previos al golpe y durante el paro del ludópata líder Carlos Ortega, el canal 8 estaba 24 horas al día en el tele de mi casa. No veía ni el cable, puro vtv. En esos días estaba prohibido hablar mal del ocho en mi presencia. Pero claro, me fui empalagando y llegué a abrir los ojos ante tanta e innegable monotonía. Cada vez lo fui viendo menos hasta el punto en que sólo veía dossier y aló presidente. Ahora me limito a oír aló presidente por radio.
La televisión pública venezolana es muy mala. Ocurre que por no ser peor que la privada pareciera que fuera buena. Es una osadía mayúscula, por lo tanto, hacer una crítica a los canales públicos, hay que criticar a los privados nada más. Como nadie los critica se supone que son buenísimos y ahí se cierra el círculo mediático, digo vicioso. vIvE es una de las cosas más aburridas que existen y es donde más se repite la escuela de Marcel. En antv esa misma escuela ha corrido con muy buena suerte, con la salvedad que en vez de entrevistados hay diputados. En antv hay un diputado-presentador que se llama Rómulo Henríquez que en el poco tiempo que tiene antv al aire, ha sumado más horas en televisión que Amador Bendayán en toda su larga carrera televisiva, cada vez que sintonizo el canal está Rómulo dictando doctrina.
En vtv sacaron a Wálter del aire sin ningún tipo de explicación y en contra de la opinión generalizada de los televidentes del ocho. La sacada de Diógenes fue menos traumática y la de Nolia no fue sacada sino huida, pero como se dicen tantas cosas se supone que lo huyeron. Se ataca y se neutraliza únicamente a esos programas que son considerados controversiales, demasiado heterodoxos o que no se parecen tanto a Primer Plano. A La Hojilla la ha salvado el padrinito que tiene. El caso de Nuestra Mañana es realmente inexplicable.
Sería impensable que les cerraran los programas a Vanessa o a María Teresa; a Jorge Arreaza no lo sacaron, se fue solito pa lo de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. Por ahí lo veo de vez en cuando pero al rato lo cambio. En mi casa lo llamamos cariñosamente “Funerario”… Ellos, sin embargo, a veces logran un clima agradable. En ese instante, casualmente, tienen que irse a propagandas. No entiendo el porqué de esas interrupciones, en las que pasan la misma larguísima tanda de propagandas gubernamentales. Se supone que una televisión pública no tiene “compromisos” de ese tipo y debería anteponer su rol de servidor público.
Pero ¿qué tienen en común los programas del ocho antes nombrados que los hace intocables? Todo, sólo varía el escenario, la hora de transmisión y el entrevistador; el resto es igualito. Hacen programas de radio por televisión. Con oírlos basta. Esto es un desperdicio enorme de recursos y obstaculiza la búsqueda de un lenguaje revolucionario en los medios. Lo peor de todo es que los demás canales públicos se copian del ocho.
En vIvE hacen gala de creatividad en la escuela de Marcel y ponen dos o tres entrevistadores y un grupo de entrevistados, como tratando de “colectivizar” un formato individualista y trillado. Otro aporte innegable de vIvE, es lo que llamo “la cámara saltarina”: ese efecto especial que hace que la cámara pareciera montada en un jeep atravesando un río. Cuando veía vIvE, después de media hora de ver la cámara saltando, terminaba con jaqueca.
Los niños y los adolescentes tienen lo que se llama prioridad absoluta en el disfrute de sus derechos. La programación infantil de los canales públicos da pena. En el ocho pasan unos títeres con risas grabadas, simplemente infames. Las otras opciones que presentan son enlatados en cuyos cumpleaños no hay tortas como aquí, sino pasteles o tartas como quién sabe dónde. La programación para adolescentes se limita a presentar a adolescentes imitando a los adultos de la tele. También imitan los canales de cable con deportes extremos y turismo a los Roques o a la Gran Sabana. Hacen programas en sitios inalcanzables para la mayoría de los mortales (adolescentes o no) en los que se realizan actividades que no tienen nada que ver con los verdaderos problemas de la juventud. Como si el wind surfing lo practicara el pueblo mesmo.
Pasaban unos micros de historia que se limitaban a presentar un profesor hablando minuto y medio sobre Miranda u otro prócer con fondo de música barroca. La cabeza como que sólo les dio para hacer dos capítulos, pero los repitieron como un millón de veces. En este caso la falta de imaginación de los creativos obró a favor de las mayorías.
Uno de los objetivos de la televisión es entretener, pero no hay programas humorísticos. Tampoco hay algún programa de concursos más o menos malo donde la gente normal participe, el único que había en todo el espectro (malo como él solo pero con una sintonía altísima) era quién quiere ser millonario y mucha gente todavía lo extraña. La programación deportiva es puro caliche de relleno donde comentan la fórmula uno y el tenis pero se olvidan de las bolas criollas. Los programas de cocina, que se podrían hacer con mucha creatividad, se hacen malos y aburridos. Las novelas, género de gran popularidad en toda América y que era en este país producto de exportación, son ahora de importación. Solamente las hacen los canales privados y son tan mediocres que parecen realizadas en vIvE.
A nadie se la ha ocurrido poner algún enlatado decente, de los muchos que hay. Otro rubro que no se explota es el cine nacional. En este país se han hecho un vergueral de películas. Malas, regulares y buenas, como en todos lados. Apuesto a que si transmiten una diaria pasan dos años sin repetir película. El cine latinoamericano también se ignora y pareciera que no existe. Otra cosa que anda por ahí realenga y que los canales públicos como que no la ven, es lo que llaman “Clásicos del Séptimo Arte”. Pero como en vtv no pasan películas, los demás canales públicos tampoco.
El que oiga la tele pública sabe que el lenguaje es el mismo de la cuarta república, no ha cambiado en nada. No hay libertad de expresión, siempre van los mismos invitados a hablar lo mismo. Si hubiera libertad de expresión estoy seguro que la tele pública fuera otra, más moderna y, por fin, revolucionaria. Lo dejo hasta aquí, lo malo si extenso es dos veces malo, nombrando apenas la llamada televisión regional. No vale la pena comentarla, por lo menos la der Zulia.
Para terminar una anécdota dedicada a los que sostienen que los maracuchos somos aficionados a la hipérbole. Una vez estaba viendo vIvE con su cámara saltarina. Repentinamente lo cambié a otro canal donde la cámara está tranquilita y el televisor, acostumbrado ya al movimiento, empezó a saltar como un loco.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El SÍ al NO

Por lo que he leído, al único que lo sorprendió la victoria del no fue a mí. Y lo reconozco, pensé que íbamos a dar paliza a la hora de contar los votos. Así que el domingo, como siempre después de la misa, me devolví a mi casa a esperar la prórroga porque macho que se respeta vota en la prórroga. A diez pa las cuatro, en compañía de mi unigénito me arranqué pal Lucila Palacios, lugar donde actualmente voto y en tiempos pretéritos estudié la primaria. Me tocó la mesa ubicada en 3º “B”, donde casualmente cursé 3º grado con la maestra Cecilia. Mi hijo fue el encargado de manipular la máquina y depositar el comprobante en la urna pasadas las cuatro de la tarde. A golpe de siete de la noche me senté frente al tele a esperar el boletín del cne. Duro fue el golpe que recibí en la madrugada del lunes, quedé desconcertado. Medio oí a Chávez y me fui a dormir.
Se ha dicho de todo de lado y lado. Al parecer hay tres millones de votantes que son desde “traidores” hasta “decepcionados”. No votaron en contra, pero tampoco a favor. Interpreto que se abstuvieron en contra de la reforma pero no en contra de Chávez. Tres millones de venezolanos que no deben tener trabajo, o en todo caso uno no muy bien remunerado. No deben tener ningún tipo de beca, ayuda o dádiva, o tendrán una no muy jugosa que exija perder todo un día en una cola del banco industrial. Tres mil votantes fuertes que no han recibido crédito, ni fundado una cooperativa, ni enganchados en pdvsa. En ese grupo deben estar todos los que han sufrido atropellos u omisiones de funcionarios públicos, los que ven cómo esos mismos atropelladores hacen negocios y cobres, los que saben o son testigos de casos de impunidad. Ahí están, pa terminar ya, los que creen que a Chávez lo tienen engañado, que está rodeado de lo peorcito y que sin ser corrupto encabeza un gobierno corruptísimo.
El psuv se estrenó de manera muy inoperante en cuanto a movilización. Ellos están pendientes de otras cosas que nada tienen que ver con el compromiso histórico. La derrota es de ellos más que de nadie. Se supone que la maquinaria electoral es responsabilidad de ellos y al parecer no hizo mucho. Los antiguos dirigentes o aspirantes a militantes ahora son simples diputados o alcaldes y no se visten tan de rojo. El partido, hay que decirlo, empezó con el pie izquierdo y mal.
Debería haber un corte intenso de cabezas en los próximos días. Empezar por los connotados escuálidos que ocupan cargos de confianza arrechos en ministerios e institutos dependientes del gobierno nacional. Los diputados deberían estar obligados a resolver el problema de los mercales comprando ahí, calándose la cola, el racionamiento y el desabastecimiento. Los funcionarios del seniat podrían ir al trabajo en microbús o en carrito para tratar de solucionar el peo del transporte público. Los muchachos del comando Zamora o Zamuro deberían renunciar a cualquier responsabilidad política y empezar de nuevo como soldados rasos y con humildad aprender a hacer bien las cosas.
La gente no quiere más leyes por la simple razón de que no se cumplen. La misma constitución es irrespetada por organismos dependientes del gobierno nacional. Lo de la ley de tránsito terrestre y su reglamento es de antología. Su lectura es obligatoria a la hora de sacarse la licencia de conducir, así que no se explica que gente con licencia la viole por desconocimiento. Eso ocurre con muchas leyes de uso cotidiano, como la del indecu, por dar otro ejemplo, cuyo incumplimiento afecta directamente a los que fueron a votar y a los que no.
La autocrítica es necesaria, no el lloriqueo o la echadera de culpas a la base de tres millones. No creo que la dirigencia sepa hacer eso, así que hará lo de siempre: unas profundas reflexiones y unos cambios radicales para que todo quede exactamente igual. Ojalá que Chávez no los deje y haga lo que la base de tres millones le pide con su silencio del domingo.
No podemos negar que los que más se alegraron con estos resultados fueron Uribe y Bush. El pobre Hermann Escarrá se quedó más solo quel coño y el doctor Caldera al parecer se lanza en las próximas elecciones.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Sí y no

Aprovecho que terminó la campaña electoral para revelarle al mundo cómo voy a votar y por qué. Como amigo de las transgresiones que soy, lo hago precisamente ahora que hay “veto” y aprovechándome de que los bobolongos del cne no podrían ponerme una multa, mandar a cerrar el blog o a ponerme preso, después de haber permitido cualquier desmán en la campaña que acaba de terminar.
Como chavista recalcitrante y ortodoxo votaré como me lo indica mi rojo rojito corazón: al primer bloque, al que contiene todas las propuestas de mi comandante, le daré el sí. Al otro lo mandaré a comer heces y le estamparé un no bien mollejúo.
El segundo bloque es inquilino de una de las vergas que más odio: el portaviones Chávez. La asamblea tiene mayoría arrolladora y absoluta para hacer lo que le dé la gana, pero como carecen de toda imaginación e iniciativa no han hecho nada de lo que les corresponde. Entonces, cuando Chávez hace una propuesta de reforma a ellos se les prende el bombillo y deciden ¡proponer otra reforma! Total, el portaviones está con las pilas puestas y listo para zarpar.
Luego vino otra de las estafas de la asamblea, conocida como “parlamentarismo de calle” y que consiste en llevar toda la parafernalia diputádica por cuotas a algunas calles. La gente tiene entonces la oportunidad de ver con sus propios ojos, sin cámaras de por medio, personajes de tal estatura moral. La gente puede opinar, claro, pero sólo aquellos que están libres ese día y a esa hora que a la asamblea le salió del forro. Cuando al Zulia vienen los diputados autóctonos con ese circo, la mesa directiva debe ser anchísima, porque poner tanto gordo uno al lado del otro amerita un espacio considerable.
Chávez dijo que el que estaba con él votaba sisí, el que vote nonó está con Bush. Los que votemos sinó, entonces, estaremos con Chávez y con Bush al unísono. En mi caso es estar , como siempre, con Chávez y, como siempre también, en contra de ese nido de ladrones que es la asamblea.